La apertura de un nuevo supermercado en Cuba que cobra en dólares podría tratarse de una estrategia del conglomerado empresarial de los militares, GAESA, para quedarse con parte de las divisas que entran al país a través de las remesas, aseguran expertos.
Las imágenes y videos del supermercado de 3ra y 70, en el barrio de Miramar, La Habana, inaugurado a principios de año, han generado indignación y controversia en redes sociales, donde muchos critican que los productos son inaccesibles para la mayoría de la población en la isla, donde el salario mínimo es de 2.100 pesos cubanos —unos siete dólares al cambio en el mercado informal.
"Ahí solo pueden comprar los que tienen familia en el extranjero y le envían dinero", dijo a Martí Noticias una mujer que visitó el local.
En el supermercado aceptan los dólares en efectivo o pagos desde una tarjeta llamada Clásica, emitida por FINCIMEX, subsidiaria de GAESA.
“Los militares encontraron una manera de que las remesas no pasen por la banca cubana. La cuestión aquí es que están chocando con la institucionalidad, descapitalizando al sistema bancario nacional”, explicó el economista Miguel Alejandro Hayes.
La apertura de esta tienda ocurre en el marco de la dolarización parcial de la economía y un nuevo régimen cambiario anunciado el pasado 18 de diciembre por el primer ministro Manuel Marrero Cruz ante el Parlamento. Las medidas, apuntó el funcionario, buscan incentivar el ingreso de divisas al país ante la falta de liquidez. En la isla circulan además del dólar la Moneda Libremente Convertible (MLC) y la moneda nacional (CUP), en la que cobran los cubanos.
Para el economista y acesor de emprendimientos Ángel Marcelo Rodríguez Pita, "la economía ha quedado prácticamente en manos del sistema GAESA".
"El sistema bancario nacional no va a tener forma de ingresar divisas, porque las personas van a preferir depositarlas a las tarjetas que les permitan un consumo", dijo.
Además de la tarjeta Clásica, el supermercado acepta pagos con tarjetas de débito de la corporación multinacional de finanzas y seguros American International Services (AIS), ambas emitidas por FINCIMEX y sin vínculos con la red de bancos estatales. También permiten pagos con tarjetas internacionales como la rusa MIR, la china UnionPay, VISA y MasterCard. La tienda acepta una tarjeta conectada al sistema bancario cubano, la prepagada de USD del Banco de Crédito y Comercio (Bandec).
FINCIMEX promueve su tarjeta Clásica en las redes sociales con ofertas de descuentos de 10% en las intalaciones de Gaviota y 5% en las cadenas de tiendas Cimex, Caribe, Trimagen y Caracol.
La tarjeta, que se usa desde inicios del pasado año en las gasolineras, puede recargarse mediante depósitos en efectivo con las divisas autorizadas a circular y por transferencias desde el exterior, sin límite. La AIS, solo puede recargarse a través del envío de dinero en línea.
“Son tarjetas prácticamente de incentivos, no son de ahorro ni responden al sistema bancario nacional. Solo tienen la función de que usted pueda adquirir productos en esas tiendas”, dijo Rodríguez Pita.
Ambas tarjetas tienen la opción de solicitarse desde el extranjero a través de la página web Tocopay.com, una plataforma para el envío de remesas con sede en España.
La tarjeta prepago en USD de Bandec, que comenzó a usarse en enero del pasado año, puede adquirirse en las sucursales seleccionadas de Bandec y en la red de oficinas de Cadeca, según la información proporcionada por el Banco de Crédito y Comercio.
Pita considera que este tipo de estrategia contribuirá a acrecentar la crisis que vive el país y restringe aún más las libertades y los derechos económicos que puede tener una sociedad.
“Usted está obligado a darle su dinero a un grupo de empresas, que tienen un control sobre un país, para poder sobrevivir”, dijo, añadiendo que las medidas destruyen las pocas instituciones que pudieran brindar cierta credibilidad al sistema económico en Cuba y atraer inversores.
El valor del dólar, que había experimentado una fuerte caída en el mercado informal cubano tras las medidas económicas anunciadas en el Parlamento, ha vuelto a repuntar tras la apertura de 3ra y 70, cotizándose 325 CUP, según el cálculo que realiza diariamente el medio independiente elTOQUE.
En este escenario, se espera que siga aumentando la inflación y que el Banco Nacional de Cuba no tenga divisas suficientes para responder ante la crisis, apuntó Pita.
"Puede haber un aumento desmedido del precio de los productos, específicamente de los alimentos, y estaríamos hablando de estanflación, un proceso que viene ocurriendo de manera lenta en la economía nacional, pero que pudiera acelerarse en los próximos meses y complicar aún más nuestra situación”, agregó.
El control de las remesas por parte de GAESA, considerado el conglomerado económico más poderoso de Cuba, se había visto golpeado con las sanciones impuestas por Estados Unidos en 2020, que incluyó a la financiera FINCIMEX en la lista negra de entidades cubanas que tienen prohibido negociar con compañías norteamericanas.
Registros financieros obtenidos por el Miami Herald revelan que GAESA acumula miles de millones de dólares en activos y cuentas bancarias, mientras la población carece de medicamentos, alimentos y servicios básicos. Además, muestran que Almest, otra compañía del conglomerado, utiliza recursos estatales y préstamos extranjeros para construir hoteles de lujo, incluso cuando la ocupación hotelera apenas supera el 30%.
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