La Asociación de Críticos de Espectáculo (ACE) de Nueva York, en su edición 48, concedió recientemente su premio 2016 en la categoría de Mejor Dirección/ Teatro de Época al actor y director cubano George Riverón, un holguinero que se ha colado en la Gran Manzana desde hace poco menos de tres años.
El premio ACE al cubano, el más importante galardón en el ámbito del teatro hispano de Estados Unidos, responde a su trabajo en la obra Genios: Lorca y Dalí, ejercicio teatral para dos actores y en la que Riverón actúa y también dirige a Sergio Freijo, Premio Actor Revelación del Año.
Genios… es una obra de la dramaturga cubana Julie de Grandy, que se llevó el premio de Dramaturgia por el texto citado.
Otra cubana premiada fue la actriz y poeta cubanoamericana Yenilen Mola, que recibió el premio en la categoría de Actriz Visitante Más Destacada, en la obra El malentendido. Mola es también una actriz reconocida en el teatro que se hace en Miami con su incursión en la compañía ArtSpoken.
Riverón, poeta y autor de varias obras de teatro, concedió a Martí Noticias un espacio en su ajetreada vida neoyorquina para conversar sobre las artes escénicas.
¿Qué significa el premio de la ACE en términos de promoción o balance de trabajo?
La ACE de Nueva York está celebrando 48 años de ininterrumpido trabajo. Grandes figuras del teatro, el cine, la televisión, la música... han recibido este importante galardón. Que mi nombre figure entre ellos es de una satisfacción inmensa.
Cuando decidí quedarme en New York, en 2013, luego de haber ganado el festival de Monólogos "Monologando Ando", jamás pensé que tantas puertas se me abrirían, una tras otra. Y el primer premio ACE que recibí fue el causante del éxito. Con un premio ACE en tu currículum el mundo te cambia y la gente se interesa mucho más por tu trabajo.
A ese primer premio, que fue como actor visitante por el monólogo Últimos días de una casa, basado en el poema homónimo de Dulce María Loynaz, siguieron otros: el codiciado HOLA (Hispanic Organization of Latin Actors) y el ATI (Artistas de Teatro Independiente).
Al año siguiente, mi primera producción como director arrasó y nos llevamos ocho premios, entre ellos el de Mejor Producción y, para sorpresa mía, el de Mejor Diseño de Vestuario junto al amigo Antonio Reyes, fallecido recientemente.
Este año me premian como Mejor Director/Teatro de Época, por mi puesta de Genios: Lorca y Dalí, de la dramaturgo cubana Julie de Grandy. Un trabajo que amé y me obsesionó desde el primer momento en que recibí el libreto.
Con Genios... sigues con "el teatro que dice", con los textos plagados de poesía. ¿El público de Nueva York es favorable a esta estética?
Genios: Lorca y Dalí, es poesía pura. Eso es lo que me atrajo del texto. Hablar sobre la tormentosa y apasionada relación que vivieron estos dos genios de una manera tan poética, es una suerte.
Lo que me interesó a la hora de llevarla a escena fue precisamente esa poesía. Quería que todo fuera como un gran poema visual. Creo que lo logré y la gente conectó impresionantemente. Es bueno cuando la gente se te acerca para felicitarte y puedes ver la emoción en sus ojos, por lo que acaban de ver, de vivir.
Genios... es la continuidad de ese trabajo poético-teatral que comencé con Últimos días de una casa por el que apuesto y confío.
Con tres años ya en Nueva York, ¿cómo valoras la salud del teatro hispano en esa urbe?
Lo que más amo de esta ciudad es que siempre estás descubriendo. En cada rinconcito de New York descubres un teatro.
Los hispanos hemos ido ganando espacio en ese sentido. Desde las grandes compañías con sede propia como Repertorio Español, Teatro SEA, Thalia Spanish Theater, Teatro Círculo, Puerto Rican Traveling Theater, entre otros, hasta las compañías independientes como la mía (Teatro del Aire), Guacamolink, Tabula RaSa, Vanguardia, Teátrica, Otro Teatro, TEBA, La Caja de los Prejuicios, E3OutLaws, Teatro Columna, entre otras, puedes ver diferentes maneras de expresión, diferentes estilos.
Como en toda gran ciudad, hay de todo. Y el teatro hispano no escapa de ello.