Con la presentación este miércoles de la fórmula Joe Biden-Kamala Harris por la Presidencia y Vicepresidencia de Estados Unidos se inicia una campaña electoral que ambos enmarcaron como una batalla por "el alma de la nación" y que deberá sobreponerse al mensaje de "nosotros o el caos" de Donald Trump y Mike Pence.
Harris, convertida en la estrella del momento tras el anuncio de su nominación, apareció por primera vez con Biden en un evento en Wilmington (Delaware), lugar de residencia del líder demócrata y, a causa de la pandemia, el principal centro de la campaña electoral demócrata.
"Esta es una lucha por el alma de Estados Unidos y es un orgullo que Kamala esté a mi lado en esa batalla", aseguró Biden en este evento que, a la espera de las convenciones demócrata y republicana a finales de este mes, marca el inicio oficioso de una campaña que se espera agresiva, con la pandemia de COVID-19 y la crisis económica en el centro del debate.
Harris advirtió de que el país sufre "una crisis de liderazgo" y afirmó que está "lista para empezar a trabajar" en una nueva administración a partir de enero de 2021, cuando el ganador de las elecciones generales del 3 de noviembre asumirá su nuevo mandato.
"Estoy orgullosa de estar a tu lado y lo hago consciente de las mujeres heroicas y ambiciosas que me precedieron", señaló la senadora, que era una de las políticas que estaba en la puja por ser la número dos en la papeleta demócrata.
"No tengo duda alguna de que he elegido a la persona adecuada para que se me una como la próxima vicepresidenta de Estados Unidos", señaló Biden, quien confió que con su nominación "niñas negras y de color, que a menudo han sido ignoradas o minusvaloradas, quizá hoy se vean de una manera distinta: como material para vicepresidenta y presidenta".
"Una de las razones por las que elegí a Kamala es porque ambos creemos que América (Estados Unidos) se puede definir en una sola palabra: posibilidades", añadió Biden.
Harris reiteró en varias ocasiones en su discurso que Estados Unidos tiene un problema de liderazgo y, al mismo tiempo, trazó paralelismos con el expresidente Barack Obama (2009-2017), que a buen seguro será un elemento importante en esta campaña electoral.
Asimismo, tanto ella como Biden centraron las críticas a Trump en su manejo de la crisis del nuevo coronavirus, tema en que el virtual candidato demócrata propuso un plan que hará que EE.UU. "doble la esquina" de una crisis que ha dejado más de 165.000 muertos en el país.
"El virus (SARS-CoV-2) ha impactado en casi todos los países, pero hay una razón por la que ha golpeado a Estados Unidos peor que a otra nación avanzada. Es por el fallo de Trump de no tomárselo en serio desde el comienzo", aseveró Harris, quien responsabilizó al mandatario del desempleo y la crisis económica.
En una muestra más de su iniciativa allá donde va, Harris propuso que si los demócratas llegan a la Casa Blanca propondrán planes para hacer frente al cambio climático, asegurar que "el futuro se construye en Estados Unidos" y preservar los seguros asequibles de salud que aprobó Obama, así como para "eliminar desde la raíz el racismo sistémico" que ha motivado desde mayo protestas en todo el país.
Biden anunció que están consiguiendo un número récord de donaciones para su campaña en las últimas 24 horas y opinó que ese aumento se debe a la llegada de Kamala a su fórmula presidencial.
El virtual rival de Trump aseguró que Harris es una candidata que ha provocado una "reacción fuerte", y apuntó como demostración de su idoneidad que Trump ayer la llamó en una rueda de prensa
"maleducada" y "desagradable".
"Trump tienen un problema con mujeres fuertes", señaló Biden,
quien destacó también que Harris, hija de un padre jamaicano y un
madre india, conoce las dificultades a las que se enfrentan los
inmigrantes.
Un perfil escrito por el San Francisco Weekly en 2003 la describe de una manera similar a como se hablaba de Obama en sus comienzos: una figura política de color capaz de hablar de tú a tú a la élite blanca liberal y ganarse su confianza sin traspasar las líneas rojas de su patronazgo.
La primera fiscal de distrito afroamericana de San Francisco (2004-2011), fiscal general de California (2011-2017) y senadora desde 2017 ha sabido aunar a su talento tres factores que debe dominar cualquier político estadounidense: donantes, contactos en los círculos influyentes y riesgo calculado.
Otro de sus puntos fuertes es que los votantes demócratas saben quién es. Según un sondeo publicado ayer por Morning Consult, cuatro de cada cinco han oído hablar de ella, más que ninguna otra candidata de color a la vicepresidencia.
El presidente Trump la tildó de "desagradable" y confesó sorpresa con su nominación:
"Me sorprendió un poco que la eligiera", respondió Trump a los periodistas en la Casa Blanca durante su conferencia diaria sobre coronavirus.
"Es la más mala, la más horrible, la más irrespetuosa de todos en el Senado", agregó.