El Presidio Político Histórico Cubano y la Casa del Preso, después de años de ingentes esfuerzos han logrado concretar la edificación de un monumento a la memoria de los hombres y mujeres que se alzaron en armas contra el régimen totalitario de los hermanos Castro.
La obra, ubicada en en el paseo de la Calle Ocho y la avenida 13, en la Pequeña Habana de Miami, fue diseñada por el pintor y expreso político Manolo Jiménez y contó con el arte del escultor Lázaro Valdés y la arquitecta Mónica Mandri, entre otras personalidades e instituciones del exilio.
La idea surgió hace más de veinte años en una reunión en la que participaron los insurgentes que enfrentaron en la lejana década de 1960 en montañas y llanos las huestes castristas que contaban con todos los recursos bélicos de la extinta Unión Soviética.
Todos acogieron con satisfacción la idea, entre otros Renan Llanes y Enrique Ruano que de inmediato iniciaron gestiones para que se constituyera una comisión integrada por dos entidades icónicas en la lucha por la libertad y la democracia en Cuba, el Presidio Político Histórico Cubano y la Casa del Preso.
La gestión a favor de un monumento que evocara la memoria de los caídos y rindiera reconocimiento a los sobrevivientes, fue iniciada por Luis González Infante y Enrique Ruano, posteriormente, bajo la presidencia de José Luis Fernández, el Presidio Político nombró una Comisión especial integrada por Renan Llanes, Luis González Infante y Enrique Ruano quienes tenían que coordinar los esfuerzos necesarios que culminaran con la construcción del monumento.