Un equipo de la agencia Reuters recorrió las calles de Santiago de Cuba diez días después de que el pueblo se lanzara a las calles al grito de "comida", "corriente" y "libertad". Muchos llevaban varias jornadas con más de 20 horas de apagones y exigían al régimen que les entregaran los alimentos de la canasta básica. Aunque las autoridades niegan haber reprimido a los manifestantes, organizaciones independientes han identificado a más de una decena de detenidos en relación a las protestas.