Cada vez son más visibles en Cuba las protestas pacíficas. Las voces opositoras y la voluntad de cambio del pueblo continúan expandiéndose, exigiendo derecho a los derechos, reclamos de un cambio de sistema, al punto de no poder ser ignoradas, dijo la activista Rosa María Payá, fundadora de la iniciativa Cuba Decide.
“En todo el territorio nacional hay protestas, desde los pescadores en Isla de Pinos hasta cuentapropistas en Santa Clara. La gente quiere cambio, está exigiendo sus libertades. Entendió que los derechos son necesarios para poder sobrevivir, y también para tener una posibilidad de hacer una vida próspera, de prosperar con el fruto del trabajo propio, algo que en dictadura es simplemente imposible, y en los últimos años y meses es cada vez más difícil para cada una de las familias cubanas”, señaló Payá.
Según la activista, los cubanos han llegado ya al convencimiento de que “la salida de la crisis es el cambio de sistema”.
Entre las demandas de los manifestantes está el derecho a participar en las decisiones del país, la liberación de los presos políticos, la libertad de expresión y de creación artística, libertades económicas y el acceso a recursos básicos en medio de una profunda crisis humanitaria provocadas por las políticas comunistas, y ahora agravada por la COVID-19, destacó Payá.
“Esta nueva etapa es una tapa superior. Es mejor para la ciudadanía (…). Estamos más cerca del objetivo que es precisamente forzar a ese régimen a hacer lo que no quiere hacer, que es dar paso al cambio. Y eso requiere de la movilización ciudadana, y requiere también del apoyo de la comunidad internacional. Porque hemos visto que el régimen está dispuesto a usar la violencia, a usar la fuerza contra los ciudadanos”, subrayó.
La joven opositora recalcó que las democracias del mundo, especialmente los gobiernos en el hemisferio occidental, “desde Canadá hasta Chile”, tienen un importante papel que desempeñar “en apoyo a esa ciudadanía que está en las calles, en Cuba, exigiendo el cambio”.
En apenas tres meses estas manifestaciones se han triplicado, dijo Rosa María Payá, tomando como referencia el monitoreo que realiza el Observatorio Cubano de Conflictos.
