La activista cubana Rosa María Payá instó en España a la comunidad internacional a actuar contra “la cabeza del pulpo autoritario” en La Habana, porque la libertad de países como Venezuela y Nicaragua estaría vinculada, primeramente, a la solución del problema cubano.
“La invitación a los que estamos preocupados porque el comunismo deje de producir víctimas, es a presionar a nuestros propios gobiernos para que actúen en favor de la libertad de nicaragüenses, venezolanos y cubanos”, afirmó la líder de la iniciativa Cuba Decide.
Para ello, debería trabajarse “estratégicamente contra lo que es la cabeza del pulpo autoritario, que es el aparato criminal e ideológico instalado en La Habana desde hace 64 años”, advirtió Payá en el Congreso Internacional de Víctimas del Comunismo, celebrado en la Universidad CEU San Pablo, de Madrid.
La guerra de Rusia contra Ucrania estuvo entre los temas abordados por la activista, debido a las estrechas relaciones de los regímenes de Moscú y La Habana, reforzadas esta misma semana con la visita del canciller del Kremlin a Cuba.
Payá recordó que “al menos 11 de 16 Estados en África” cambiaron su voto en Naciones Unidas “y pasaron de apoyar a Ucrania a abstenerse en la condena al régimen de Putin”.
“Han sido votos conseguidos por el aparato diplomático cubano”, aseguró.
Alertó asimismo de la participación activa de la prensa castrista en el “esparcimiento de noticias falsas y de la narrativa de Moscú” en América Latina.
“Mientras todo esto pasa, ¿qué hace la Unión Europea? Tiene un tratado de cooperación y diálogo político con el régimen cubano y financia con millones de dólares, todos los años, el aparato represivo de esa dictadura. Mientras todo esto pasa, el gobierno de Estados Unidos inicia conversaciones migratorias con la dictadura cubana”, cuestionó Payá.
El Congreso Internacional de Víctimas del Comunismo “Voces por la Libertad” se centró en experiencias de la antigua Unión Soviética, Europa del Este, China, España y América Latina. Durante sus jornadas, académicos y expertos criticaron la situación de derechos humanos en Cuba y pidieron preservar la memoria histórica sobre la “ideología de los 100 millones de muertos”.
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