Güira de Melena es el municipio más afectado por el aumento de los casos de COVID-19 en la provincia de Artemisa. En el territorio, unas 40 personas, entre ellas ancianos, enfermos y niños, residentes en un edificio con ocho apartamentos, ubicado en la calle 104 entre 89 y 91, Reparto Pekín, llevan dos meses sufriendo una total contaminación con aguas negras por el desbordamiento de una fosa, situación que ya afecta hasta la cisterna donde se almacena la poca agua potable disponible.
Una de las damnificadas, la señora Yolanda Gisela Cruz López, de 49 años de edad, con insuficiencia renal aguda, residente en el apartamento número 4 junto a sus padres, él enfermo con cáncer y la madre aquejada de emencia, explicó la situación a Radio Televisión Martí.
“Soy paciente de hemodiálisis, llevo 18 años. Hay coronavirus en todas las provincias del país y Güira de Melena es la más afectada hoy en Artemisa, que ya se está hablando incluso de que van a cerrar el pueblo. La pestilencia que hay provoca que tengo que tener todo cerrado. Aquí adentro de mi casa no se puede estar, hay que ir a comer al portal. Quiere decir, a la acera, donde constantemente pasan personas, y hay que estar en el quita y pon del nasobuco. Además de la pudrición en el patio, tampoco nos está entrando agua por el servicio de acueducto, ni suministran el liquido al menos con pipas”, dijo Cruz López.
La mujer aseguró que ha acudido a todas las instancias del gobierno, sin encontrar solución para esta delicada situación epidemiológica que pone en riesgo la salud de los residentes de la localidad.
“Yo fui al Partido, en representación de todos los vecinos; también acudí al Departamento de Acueducto en la Empresa de Comunales, y llamé al Gobierno, donde me dijeron que ellos no tenían combustible para que el camión venga a limpiar la fosa. Entonces ellos recomendaron, como solución, que si nosotros podíamos comprar el petróleo y, además, pagar por el servicio, algo que está fuera de nuestro alcance”, denunció la vecina del lugar.
Mientras tanto, el periodista de la Red Cubana de Comunicadores Comunitarios, Jorge Bello, quien documentó el caso y cuya madre vive en ese edificio, califica de pésimas las condiciones existentes en el lugar, además de la cantidad excesiva de mosquitos, ante el total abandono y desinterés de las autoridades municipales.
“Tienen petróleo suficiente para malgastarlo en perseguir a los disidentes y personas de la sociedad civil, sin embargo, no tienen combustible para cubrir las necesidades básica y elementales de la población”, destacó el comunicador.