El presidente chileno, Ricardo Lagos, rechazó inmediatamente el pedido afirmando que Chile no tiene problema pendiente con Bolivia, y en cambio ofreció restablecer las relaciones diplomáticas, que fueron interrumpidas en 1978.
Por su parte, Mesa admitió que a lo largo de la historia ha habido conflictos que han generado pérdida territorial, pero la de acceso al mar tiene una característica de daño mucho mayor.