Pascoe aclara que, en primer lugar, fueron 21 los cubanos que entraron en la embajada, en vez de 23, como dice el gobierno de Fidel Castro, y que ahora los están juzgando y les piden largas condenas de cárcel.
El diplomático mexicano afirma que un grupo de 18 jóvenes secuestró un ómnibus local y lo proyectó contra la verja de hierro de la embajada de su país, la noche del 27 de febrero del 2002, irrumpiendo en el inmueble para solicitar refugio.
Pascoe añade que otros tres saltaron de uno de los muros de la embajada, antes del “guaguazo”, refiriéndose a la penetración violenta del ómnibus.
La noticia se propagó rápidamente de forma verbal y cientos de personas acudieron al lugar con la intención de ingresar en la embajada para escapar de la isla comunista. Según fuentes disidentes, entre 500 y 800 fueron detenidas por breve tiempo.
Pascoe agregó que en las semanas posteriores al incidente, el gobierno de Cuba le aseguró que fueron liberadas las personas detenidas y que, por lo tanto, no entiende ahora este asunto del juicio, que le parece muy extraño.
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