La Cueva Número Uno de Punta del Este, considerada la "capilla sixtina" del arte aborigen en Cuba, se encuentra en estado de abandono y visiblemente deteriorada por la existencia de hongos y algas en los pigmentos de los dibujos. Así lo dio a conocer hoy Granma, que apunta también a la presencia de personas irresponsables que han producido daños alterando las condiciones del lugar.
En el interior de la cueva, situada en la Isla de la Juventud, se han colocado letreros, existen pintadas y hay hasta disparos de arma de fuego. Pese a ser declarada Monumento Nacional en 1981, según este diario incluso hay nombres y letreros escritos encima de los círculos concéntricos, mientras pueden apreciarse huellas de disparos de armas de fuego, hollín dejado por el encendido de antorchas, en tanto la reja que antes protegía la entrada de la cueva ya no existe".
Todo esto queda recogido tras el análisis de un grupo de especialistas de la Vicepresidencia de Monumentos del Consejo Nacional de Patrimonio Cultural (CNPC) que hace unos meses visitaron la gruta. Jorge F. Garcell Domínguez, Máster en Ciencias y arqueólogo y participante en la citada expedición, indicó que “el panorama es preocupante porque la proliferación del moho de color verde asociado a los organismos biológicos pone en peligro la conservación de las pictografías”.
Para recuperar el lugar del deterioro que presenta se ha establecido un plan de protección y manejo de la zona de arte rupestre basado en la regeneración de la cobertura vegetal de la entrada y los laterales de la cueva, a fin de que no penetre la luz y se evite la fotosíntesis de las algas y los hongos existentes. Para ello se realizaría una siembra con especies autóctonas adaptadas al tipo de suelo.
Igualmente se limitaría el acceso de vehículos e individuos no autorizados a la zona, en previsión de que se puedan producir daños al entorno natural caso de restos de basura, comida o grafitis en las paredes. La iluminación prolongada de manera artificial es otra de las circunstancias que quieren evitar con este tipo de restricciones.
La Cueva Número Uno forma parte de un conjunto de pinturas rupestres localizadas en Isla de la Juventud (antigua Isla de Pinos). La primera referencia histórica al lugar la realizó el geógrafo francés Charles Berchon en un libro publicado en 1904.
El cubano Fernando Ortiz redescubrió posteriormente la cueva en 1922 calificándola como la "capilla sixtina de Cuba". Más tarde, en la década de los sesenta, el naturalista Antonio Núñez Jiménez dirigió acciones de limpieza y restauración de las pictografías elevando a 213 el número de pinturas reportadas.
La característica de estos conjuntos pictóricos de Punta del Este es que muestran círculos concéntricos de color rojo y negro, una flecha triangular, caras zoomorfas, una serpiente, una cruz, así como representaciones fálicas y figuras semejantes a jeroglíficos. El 18 de enero de 1981 fue declarada Monumento Nacional y se restringió la entrada de personas para proteger la zona.
En el interior de la cueva, situada en la Isla de la Juventud, se han colocado letreros, existen pintadas y hay hasta disparos de arma de fuego. Pese a ser declarada Monumento Nacional en 1981, según este diario incluso hay nombres y letreros escritos encima de los círculos concéntricos, mientras pueden apreciarse huellas de disparos de armas de fuego, hollín dejado por el encendido de antorchas, en tanto la reja que antes protegía la entrada de la cueva ya no existe".
Todo esto queda recogido tras el análisis de un grupo de especialistas de la Vicepresidencia de Monumentos del Consejo Nacional de Patrimonio Cultural (CNPC) que hace unos meses visitaron la gruta. Jorge F. Garcell Domínguez, Máster en Ciencias y arqueólogo y participante en la citada expedición, indicó que “el panorama es preocupante porque la proliferación del moho de color verde asociado a los organismos biológicos pone en peligro la conservación de las pictografías”.
Para recuperar el lugar del deterioro que presenta se ha establecido un plan de protección y manejo de la zona de arte rupestre basado en la regeneración de la cobertura vegetal de la entrada y los laterales de la cueva, a fin de que no penetre la luz y se evite la fotosíntesis de las algas y los hongos existentes. Para ello se realizaría una siembra con especies autóctonas adaptadas al tipo de suelo.
Igualmente se limitaría el acceso de vehículos e individuos no autorizados a la zona, en previsión de que se puedan producir daños al entorno natural caso de restos de basura, comida o grafitis en las paredes. La iluminación prolongada de manera artificial es otra de las circunstancias que quieren evitar con este tipo de restricciones.
Tesoro del arte rupestre en Cuba
La Cueva Número Uno forma parte de un conjunto de pinturas rupestres localizadas en Isla de la Juventud (antigua Isla de Pinos). La primera referencia histórica al lugar la realizó el geógrafo francés Charles Berchon en un libro publicado en 1904.
El cubano Fernando Ortiz redescubrió posteriormente la cueva en 1922 calificándola como la "capilla sixtina de Cuba". Más tarde, en la década de los sesenta, el naturalista Antonio Núñez Jiménez dirigió acciones de limpieza y restauración de las pictografías elevando a 213 el número de pinturas reportadas.
La característica de estos conjuntos pictóricos de Punta del Este es que muestran círculos concéntricos de color rojo y negro, una flecha triangular, caras zoomorfas, una serpiente, una cruz, así como representaciones fálicas y figuras semejantes a jeroglíficos. El 18 de enero de 1981 fue declarada Monumento Nacional y se restringió la entrada de personas para proteger la zona.