La organización vigilante de los derechos humanos en el mundo Human Rights Watch (HRW) pidió al Gobierno de EE.UU. que no dé marcha atrás en la apertura hacia Cuba iniciada por la Administración de Barack Obama y que, por el contrario, desmantele el embargo contra la isla.
“La anterior Administración hizo lo correcto al rechazar una política que dañaba a los cubanos comunes y que no hacía nada para mejorar los derechos humanos”, señaló en un comunicado el director para las Américas de HRW, Daniel Wilkinson.
Según Wilkinson, el hecho de que la apuesta de Obama no haya llevado por el momento a reformas políticas en Cuba no es razón para volver a una política que fue un “costoso fracaso durante muchas décadas”.
"Altamente represivo"
"Cuba sigue siendo un país altamente represivo", recuerda HRW. "Si bien hubo mejoras en algunas áreas en los años anteriores a 2014 ─incluyendo la relajación de las restricciones de viaje y la reducción en el número de presos políticos─ otras prácticas represivas del gobierno se mantienen sin cambios. Se reprime a la disidencia y se desalienta la crítica pública".
Observa la entidad que "el gobierno cubano depende menos ahora que en años anteriores de largas sentencias de cárcel para castigar a sus críticos, pero las detenciones arbitrarias breves de defensores de derechos humanos, periodistas independientes, y otros aumentaron en los últimos años. Otras tácticas represivas incluyen golpizas, escarnio público, y despidos laborales".
Sin embargo, la organización considera "poco probable que restaurar las restricciones a los viajes y el comercio conduzca a mejoras". Estima que "el embargo ha impuesto privaciones indiscriminadas a la población cubana en su conjunto durante más de medio siglo, y le ha proporcionado al gobierno cubano una excusa para sus problemas, un pretexto para sus abusos, y una manera de ganar simpatías en el extranjero entre gobiernos que de otro modo podrían haber estado dispuestos a condenar las prácticas represivas del país caribeño".
Control imperturbable
Tampoco reconoce probabilidades a que "insistir en avances en materia de derechos humanos como condición previa para una nueva política vaya a promover cambios, "Dada la imperturbable determinación del gobierno de Castro a controlar prácticamente toda la actividad política en la isla, es muy poco probable que tal enfoque 'quid-pro-quo' arroje más resultados que en el pasado", valora Human Rights Watch. En lugar de ello, "impediría el acercamiento y dejaría intacta la dinámica geopolítica que ha inmunizado al gobierno cubano durante décadas contra la presión internacional".
HRW se pronunció así ante la expectativa de que el presidente estadounidense, Donald Trump, anuncie este viernes en Miami el resultado de la revisión que encargó sobre la política de normalización de relaciones con Cuba iniciada por Obama y el gobernante cubano, Raúl Castro, en diciembre de 2014.
“Se necesita presión internacional sobre el Gobierno cubano para ayudar a crear condiciones para el cambio. Pero para que sea efectiva, debe ser una presión multilateral, impuesta junto a otros gobiernos de la región”, dijo Wilkinson.
(Con información de Human Rights Watch)