El Papa Francisco sorprendió a los 71 periodistas que lo acompañaban a bordo del avión papal a su regreso de Brasil, durante una conferencia de prensa de 80 minutos muy franca y de amplio calado cuando respondió sin limitaciones unas 20 preguntas.
"Si una persona es gay y busca al Señor y tiene buena voluntad, ¿quién soy yo para criticarlo?", afirmó Francisco. "El problema no es tener esa tendencia, sino de constituir un lobby (un grupo de presión). Ese es el asunto más grave para mí. Ningún lobby es bueno", agregó el Papa, quien considera que "no se deben marginar a personas que deben ser integradas en la sociedad".
"Se escribe mucho del lobby gay. Todavía no me he encontrado con ninguno que me dé el carné de identidad en El Vaticano donde lo diga. Dicen que los hay. Cuando uno se encuentra con una persona así, debe distinguir entre el hecho de ser gay del hecho de hacer lobby, porque ningún lobby es bueno", dijo Francisco aunque reafirmó las enseñanzas de la Iglesia Católica de que los actos homosexuales constituyen un pecado.
En la primera conferencia de prensa que celebra desde que fue elegido en marzo al trono de Pedro, el Papa Francisco se mostró amable, divertido pero prudente, y respondió a las preguntas que unos 15 periodistas le hicieron, sin esquivar tema alguno, tomándose su tiempo para pensar.
Una periodista brasileña le preguntó por qué, a pesar de que en Brasil se ha aprobado una ley que amplía el derecho al aborto y otra que contempla los matrimonios entre personas del mismo sexo, no había hablado de estas cuestiones.
“La Iglesia se ha expresado ya perfectamente sobre eso, no era necesario volver sobre ello, como tampoco hablé sobre la estafa, la mentira u otras cosas sobre las cuales la Iglesia tiene una doctrina clara. No era necesario hablar de eso, sino de las cosas positivas que abren camino a los chicos. Además, los jóvenes saben perfectamente cuál es la postura de la Iglesia", sentenció Francisco.
El Pontífice ratificó, además, que la Iglesia no revisará su prohibición de que las mujeres ejerzan el sacerdocio.
“Esa puerta está cerrada". Pero, a cambio, aseguró que "la Iglesia es femenina" e instó a que las mujeres ocupen espacios más allá de sus roles habituales.
Preguntado sobre el caso del "escandaloso amor" entre monseñor Battista Ricca, nombrado por él recientemente en un cargo estratégico en el banco del Vaticano, y un capitán del ejército suizo, el Papa admitió que no tenía informaciones sobre ese controvertido pasado.
"Con respecto a monseñor Ricca, he hecho lo que el derecho canónico manda hacer, que es la investigación previa. Y no hemos encontrado nada", decía Francisco. "Tantas veces en la Iglesia, con relación a este caso y a otros casos, se va a buscar los pecados de juventud y se publican. Y hablo de pecados, no de delitos como los abusos de menores. Pero si una persona -laica, cura, o monja- comete un pecado y luego se arrepiente, el Señor la perdona. Y cuando el Señor perdona, olvida", subrayó.
Francisco se refirió directamente a monseñor Nunzio Scarano, un funcionario del Vaticano arrestado el mes pasado por sospechas de intentar contrabandear 20 millones de euros a Italia desde Suiza.
En la Curia hay "santos", gente que reza, que trabaja mucho y que también va al encuentro de los pobres, muchas veces a escondidas, dijo el Papa, quieno también reconoció que hay manzanas podridas.
"Hay santos en la Curia. Aunque también hay alguno que no es tan santo. Y esos son los que hacen más ruido. Ya sabéis que hace más ruido un árbol que cae que un bosque que crece. Y me duelen esas cosas. Hay algunos que dan escándalo, tenemos este monseñor en prisión, creo que aún sigue en prisión, y no ha ido a la cárcel porque se pareciera precisamente a la beata Imelda... No era un santo. Son escándalos y hacen daño", enfatizó.
El Papa Francisco regresó el lunes en la mañana a Roma de su primer viaje internacional de una semana a Brasil para presidir la Jornada Mundial de la Juventud en Rio de Janeiro y fue recibido por el ministro italiano del Interior y número dos del gobierno, Angelino Alfano.
El avión del Papa aterrizó en el aeropuerto romano de Ciampino y como en el viaje de ida descendió cargando su maletín personal de cuero negro, que también fue objeto de la curiosidad de los periodistas.
"No había dentro la llave de la bomba atómica. Llevaba el maletín porque siempre lo he hecho. Cuando viajo lo llevo. Dentro llevo la cuchilla de afeitar, el breviario, la agenda, un libro para leer", indicó. "Debemos habituarnos a ser normales. La normalidad de la vida", afirmó sonriente Francisco.
"Si una persona es gay y busca al Señor y tiene buena voluntad, ¿quién soy yo para criticarlo?", afirmó Francisco. "El problema no es tener esa tendencia, sino de constituir un lobby (un grupo de presión). Ese es el asunto más grave para mí. Ningún lobby es bueno", agregó el Papa, quien considera que "no se deben marginar a personas que deben ser integradas en la sociedad".
"Se escribe mucho del lobby gay. Todavía no me he encontrado con ninguno que me dé el carné de identidad en El Vaticano donde lo diga. Dicen que los hay. Cuando uno se encuentra con una persona así, debe distinguir entre el hecho de ser gay del hecho de hacer lobby, porque ningún lobby es bueno", dijo Francisco aunque reafirmó las enseñanzas de la Iglesia Católica de que los actos homosexuales constituyen un pecado.
En la primera conferencia de prensa que celebra desde que fue elegido en marzo al trono de Pedro, el Papa Francisco se mostró amable, divertido pero prudente, y respondió a las preguntas que unos 15 periodistas le hicieron, sin esquivar tema alguno, tomándose su tiempo para pensar.
Una periodista brasileña le preguntó por qué, a pesar de que en Brasil se ha aprobado una ley que amplía el derecho al aborto y otra que contempla los matrimonios entre personas del mismo sexo, no había hablado de estas cuestiones.
“La Iglesia se ha expresado ya perfectamente sobre eso, no era necesario volver sobre ello, como tampoco hablé sobre la estafa, la mentira u otras cosas sobre las cuales la Iglesia tiene una doctrina clara. No era necesario hablar de eso, sino de las cosas positivas que abren camino a los chicos. Además, los jóvenes saben perfectamente cuál es la postura de la Iglesia", sentenció Francisco.
El Pontífice ratificó, además, que la Iglesia no revisará su prohibición de que las mujeres ejerzan el sacerdocio.
“Esa puerta está cerrada". Pero, a cambio, aseguró que "la Iglesia es femenina" e instó a que las mujeres ocupen espacios más allá de sus roles habituales.
Preguntado sobre el caso del "escandaloso amor" entre monseñor Battista Ricca, nombrado por él recientemente en un cargo estratégico en el banco del Vaticano, y un capitán del ejército suizo, el Papa admitió que no tenía informaciones sobre ese controvertido pasado.
"Con respecto a monseñor Ricca, he hecho lo que el derecho canónico manda hacer, que es la investigación previa. Y no hemos encontrado nada", decía Francisco. "Tantas veces en la Iglesia, con relación a este caso y a otros casos, se va a buscar los pecados de juventud y se publican. Y hablo de pecados, no de delitos como los abusos de menores. Pero si una persona -laica, cura, o monja- comete un pecado y luego se arrepiente, el Señor la perdona. Y cuando el Señor perdona, olvida", subrayó.
Francisco se refirió directamente a monseñor Nunzio Scarano, un funcionario del Vaticano arrestado el mes pasado por sospechas de intentar contrabandear 20 millones de euros a Italia desde Suiza.
En la Curia hay "santos", gente que reza, que trabaja mucho y que también va al encuentro de los pobres, muchas veces a escondidas, dijo el Papa, quieno también reconoció que hay manzanas podridas.
"Hay santos en la Curia. Aunque también hay alguno que no es tan santo. Y esos son los que hacen más ruido. Ya sabéis que hace más ruido un árbol que cae que un bosque que crece. Y me duelen esas cosas. Hay algunos que dan escándalo, tenemos este monseñor en prisión, creo que aún sigue en prisión, y no ha ido a la cárcel porque se pareciera precisamente a la beata Imelda... No era un santo. Son escándalos y hacen daño", enfatizó.
El Papa Francisco regresó el lunes en la mañana a Roma de su primer viaje internacional de una semana a Brasil para presidir la Jornada Mundial de la Juventud en Rio de Janeiro y fue recibido por el ministro italiano del Interior y número dos del gobierno, Angelino Alfano.
El avión del Papa aterrizó en el aeropuerto romano de Ciampino y como en el viaje de ida descendió cargando su maletín personal de cuero negro, que también fue objeto de la curiosidad de los periodistas.
"No había dentro la llave de la bomba atómica. Llevaba el maletín porque siempre lo he hecho. Cuando viajo lo llevo. Dentro llevo la cuchilla de afeitar, el breviario, la agenda, un libro para leer", indicó. "Debemos habituarnos a ser normales. La normalidad de la vida", afirmó sonriente Francisco.