En su discurso ante los purpurados en la Sala Clementina del Palacio Apostólico, el Pontífice dijo que la cercanía espiritual, los consejos y la cooperación de los cardenales serán para él un don por el que siempre les estará agradecido y un estímulo para cumplir con el mandato que le confiaron.
Benedicto Dieciséis compartió con los miembros del Colegio Cardenalicio sus sentimientos tras la muerte de Juan Pablo Segundo y su elección al trono de Pedro.
La reunión con los cardenales también sirvió al nuevo Papa para rendir un nuevo homenaje a sus predecesores, en particular a Juan Pablo Segundo, cuya presencia — dijo — sigue sintiendo aún viva.