La batalla comenzó el lunes por la noche en el cercano poblado de Kufa con la intervención de aviones de ataque y helicópteros artillados y duró muchas horas, dijeron los portavoces militares.
Unos 200 soldados americanos y policías militares hicieron su primera penetración en Nayaf para ocupar una base que las tropas españolas están abandonando a unos ocho kilómetros de los santuarios shiítas ubicados en el centro de la población.
La batalla ocurrió horas después que Washington dio un plazo al clérigo shiíta extremista Moktada al-Sadr para que sus milicianos se marcharan de las mezquitas donde se habían atrincherado.
La televisión local de Nayaf dijo que gente herida moría desangrada por falta de transfusiones de sangre e hizo pedidos urgentes de donaciones.
Fuentes locales dijeron que helicópteros artillados y aviones destruyeron un apostadero de la milicia en las afueras de Kufa, a diez kilómetros de Nayaf y un avión AC-130, capaz de barrer amplias zonas con poderoso fuego de cañón, destruyó la defensa antiaérea de los milicianos de al-Sadr.
Mientras tanto en Faluya, otra ciudad que se ha convertido en punto focal de la lucha, gran número de policías iraquíes salieron el martes a las calles al expirar el plazo dado a las guerrillas para que entregaran sus armas pesadas.
La Infantería de Marina de Estados Unidos, que ha asediado durante varias semanas a esa ciudad, había dicho que se uniría el martes a las patrullas de la policía en las calles, pero no lo hizo y la policía iraquí dijo que el miércoles habrá conversaciones relacionadas con el patrullaje conjunto.
Centenares de iraquíes han muerto en Faluya junto con muchos soldados americanos, en uno de los conflictos más sangrientos que se han librado en lo que va de año.
Washington trata de apagar el fuego en Faluya y Nayaf sin inflamar más la ira causada por las bajas civiles, con vista a la entrega de la soberanía oficial a un gobierno iraquí el 30 de junio.