El Observatorio Cubano de Derechos Humanos (OCDH) responsabilizó este jueves al gobierno de la isla por la alarmante situación de la vivienda en todo el país, tras la trágica muerte este lunes en La Habana de tres niñas en un derrumbe.
La organización cita la evidencia arrojada en el Primer Informe sobre el Estado de los Derechos Sociales en Cuba, donde "más de la mitad de la población consideró que su vivienda necesitaba rehabilitarse/repararse (50,5%) o estaba en peligro de derrumbe (7,6%)".
María Karla Fuentes y Lisnavy Valdés Rodríguez, de 12 años de edad, y Rocío García Nápoles, de 11, fallecieron aplastadas por el desplome del balcón de un edificio en ruinas. Parte del edificio ya se había derrumbado, y la estructura que pendía sobre la acera era una bomba de tiempo, pero ninguna señalización advertía del peligro.
"Manifestamos nuestra preocupación por los frecuentes derrumbes, varios de ellos con víctimas fatales. Esto evidencia el gran deterioro de la situación de la vivienda en Cuba. (...) Responsabilizamos al gobierno de Miguel Díaz-Canel por su falta de respuesta a esta situación", dijo el Observatorio en un comunicado.
El OCDH señala que "incluso una encuesta gubernamental cubana" revela que el 44,1% de las viviendas tiene afectaciones en su estructura, un panorama que "contrasta con la pasividad del gobierno en las respuestas", añadió.
A pesar de que un número significativo de personas afectadas por huracanes de años anteriores, y por el devastador tornado que golpeó a la capital cubana el 27 de enero de 2019, Cuba carece de "políticas públicas encaminadas a mejorar la situación de la vivienda", recalcó la organización.
El OCDH subrayó que una de las violaciones a los derechos humanos en la isla es "la imposibilidad que tienen millones de cubanos de acceder a una vivienda digna, por la ausencia de políticas públicas y por el fracaso de un modelo económico que ha sembrado la miseria y la precariedad entre los cubanos durante más de 60 años".
Esta situación contrasta, concluyó el Observatorio, con el "nivel de vida que exhiben, incluso a través de las redes sociales, los dirigentes del régimen y sus familiares".
