“Las mismas amenazas de siempre”, así definió el abogado y periodista independiente Roberto de Jesús Quiñones Haces la represión a la que lo sometió la la Seguridad del Estado esta semana en Guantánamo.
Le allanaron la vivienda, lo arrestaron con las manos esposadas a la espalda. La policía política usó varios autos patrullas y una docena de uniformados para confiscar sus equipos de trabajo y mantenerlo incomunicado de su familia por tres días como si fuera un criminal.
Quiñones Haces, de 65 años de edad y licenciado en Derecho, publica regularmente sus crónicas, entrevistas y reportajes escritos en Cubanet, un portal de asuntos cubanos crítico con el régimen cubano fundado en 1994.
El martes pasado sobre las ocho de la mañana Quiñones fue esposado y llevado hacia la Unidad de Operaciones de Seguridad del Estado en a las afueras de la ciudad de Guantánamo.
Mientras el periodista independiente permanecía incomunicado, una docena de efectivos policiales y peritos criminalistas hicieron un registro domiciliario para llevarse todo lo que fuera dinero y equipos tecnológicos para su trabajo periodístico, tal como dijo a Radio Martí.
En el operativo policial le confiscaron 700.00 CUC, que al cambio son unos 17.500 pesos en moneda nacional.
Atacar la voz de la diferencia
Los interrogadores señalaron a Quiñones como “un contrarrevolucionario”, el epíteto preferido para acusar a quienes se oponen al régimen castrista.
Le aseguraron “que a partir de ahora” iba a sentir “lo que es la represión con más fuerzas”.
“En fin, –resume el comunicador– las mismas amenazas de siempre”.
Quiñones detalló a Radio Martí que al frente del operativo policial estuvo un capitán que se hace llamar Kevin, y que se presenta ante los opositores locales como jefe del Departamento 21, conocido también como Enfrentamiento al Enemigo.
“Creo ser un hombre ecuánime y confieso que no siento odio hacia estos hombres que reprimen a tantos cubanos como yo”, escribió esta mañana Quiñones en una crónica publicada por Cubanet.
Como botón de muestra de su compromiso con seguir denunciando las irregularidades jurídicas que se cometen ante sus ojos, en la crónica citada Quiñones habla de un caso concreto:
“José, un guantanamero que vive en Santa Rita y el 9 Norte lleva allí 27 días. Hace 4 meses una persona le pidió transportar en su auto de alquiler unos equipos de aire acondicionado de procedencia ilícita, lo cual desconocía José, según me aseguró. Recientemente el sujeto fue detenido y dijo que fue este quien transportó en su auto los equipos y esa ha sido la causa de su prolongada detención. Aun siendo cierto que José conociera de la procedencia ilícita de esos equipos, si no lo reconoce, se trata de la palabra de un hombre contra la de otro, algo que en un estado de derecho no es prueba suficiente para justificar una detención. José, trabajador civil del Ministerio del Interior y esposo de una dirigente de la Unión de Jóvenes Comunistas me decía una y otra vez que no podía creer que eso estuviera ocurriendo con él. Cuando su defensor hizo la solicitud de una fianza a su favor para sacarlo de allí, la instructora del caso la denegó alegando que José tiene mala conducta social; pero resulta que este carece de antecedentes penales, es trabajador, miembro del Comité de Defensa de la Revolución y jamás ha hablado mal de la revolución, según me dijo con amargura”, relató el comunicador".
El mismo patrón represivo
El modelo de este acto de hostigamiento sigue el patrón trazado por el actual presidente de los Consejos de Estado y de Ministros, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, de atacar con saña a los periodistas y la prensa independiente y alternativa que sobrevive en la isla.
Aunque los trabajos periodísticos de este comunicador se enfocan en la crítica social, al aprato jurídico cubano y las violaciones a los derechos humanos, también es un poeta con premios y menciones en diversos con concursos literarios.
Entre la obra poética de este autor encontramos “La fuga del ciervo” (1995, Editorial Oriente), “Escrito desde la cárcel” (2001, Ediciones Vitral), “Los apriscos del alba” (2008, Editorial Oriente) y “El agua de la vida” (2008, Editorial El mar y la montaña). Obtuvo el Gran Premio Vitral de Poesía en el 2001 con su libro “Escrito desde la cárcel” así como Mención y Reconocimiento Especial del Jurado del Concurso Internacional Nósside de Poesía en 2006 y 2008 respectivamente.
Según Quiñones los oficiales de Instrucción le dejaron saber que “desde el año 2015 me tienen tramitado un expediente igual que contra los demás colegas”.
Los cargos que le imputan, aseguró, son por “difundir noticias falsas contra la paz internacional”.
Sin embargo ante una acusación así, relató Quiñones, “me encontraron 5 metros de arena en el patio, un poco de bolsas de piedra y entonces decían que podían acusarme de especulación y acaparamiento. Y desacato, porque dicen que cuando vinieron a hacer el registro que yo me expresé mal en contra de ellos”.
Además de los materiales de construcción, el periodista explicó a Radio Martí que les ocuparon un laptop suyo y una computadora de mesa de su esposa y su propio pasaporte.
Al concluir su retención en la unidad de Operaciones le levantaron un Acta de Advertencia Oficial bajo los cargos de difundir noticias falsas contra la paz internacional.
“Me tuvieron tres días ahí, en las celdas inmundas esas de la unidad de Operaciones de la Seguridad del Estado”, lamentó el periodista.