Las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) admitieron el martes que tienen en su poder al general del ejército Rubén Alzate, pero abrieron las puertas a una negociación.
"Es la primera vez que un general de la república y del ejército es capturado por la insurgencia", dijo el comandante rebelde Pablo Catatumbo a periodistas tras conocerse un comunicado en el cual una unidad guerrillera reconoció la captura.
En un primer comunicado a las nueve de la mañana del martes, el equipo de paz de las FARC se desmarcó de las acusaciones realizadas por el Gobierno de Colombia y declaró que no podían confirmar si realmente el general Rubén Darío Alzate estaba en manos de la guerrilla. El comandante insurgente Félix Antonio Muñoz Lascarro, en una declaración leída ante periodistas, manifestó su "sorpresa" por el anuncio del Gobierno colombiano de suspender los diálogos argumentando que los avances logrados hasta el momento en el proceso han activado "una esperanza de la reconciliación" que "no puede arriesgarse con determinaciones impulsivas".
Sin embargo, horas después alias Catatumbo dijo a los periodistas: "Tenemos la disposición de esta delegación de paz, de contribuir a una pronta, sensata solución de este problema y que los diálogos deben continuar".
Esta es la más importante crisis en el proceso de negociaciones que comenzó en La Habana a fines de 2012.
"Unidades guerrilleras pertenecientes al Bloque Iván Ríos de las FARC-EP, en ejercicio de sus tareas de seguridad, interceptaron, en uno de los retenes móviles que mantienen a orillas del río Atrato, el bote en que se trasladaba el señor Brigadier General del Ejército Nacional, en servicio activo", expresó un comunicado difundido por los rebeldes.
Tras la retención de Alzate, el presidente Juan Manuel Santos ordenó a sus representantes que no viajaran a Cuba para retomar las conversaciones, en receso desde el mes pasado en una de sus pausas habituales.
Alzate fue capturado junto a una mujer y otro soldado el domingo cuando viajaban en una embarcación de alta velocidad por un río de Quibdó, en el departamento de Chocó, a unos 310 kilómetros al oeste de Bogotá.
La declaración de los rebeldes aseguró que se respetará "la vida e integridad física y moral" de los prisioneros.
"Son grandes las cuentas pendientes del general Alzate con la justicia popular. Seguramente su caso amerita un detenido examen en el que habrá que balancear muchas cosas", expresó el texto de las FARC.
No se indicó cuál será el próximo destino del militar, pero Catatumbo indicó que los acuerdos para una salida a la situación se darían en Colombia.
"En manos del presidente Santos está conversar allá en Colombia sobre la situación", dijo Catatumbo.
Las conversaciones entre los rebeldes y el Gobierno de Santos llegaron a acuerdos parciales en tres puntos de una agenda preestablecida de seis: el problema de la tierra, la participación política y el combate al narcotráfico. Actualmente discutían el resarcimiento a las víctimas del conflicto.