Las autoridades de Ucrania dieron luz verde a un proyecto de acuerdo de asociación con la Unión Europea. El gabinete en Kiev analizó y aprobó mecanismos para incorporarse a las organizaciones continentales. La información, al tiempo que esperanzadora es contradictoria; pues el propio presidente ucraniano Victor Yanukovich ha sido el que se negó por años a buscar una aproximación de Kiev con Bruselas.
El cálculo de las ganancias por la entrada de Ucrania en las entidades continentales de Europa lo hicieron en Kiev en cuanto triunfo la Revolución Naranja en el 2004, de la que fue acérrimo enemigo el propio Yanukovich. Entonces aliado del Kremlin, el actual presidente amenazaba a los ucranianos en que terminarían sirviendo en las guerras de Irak y Afganistán, en caso de entrar en la OTAN. La retórica no cambió para la elección presidencial que gano en el 2010 y la proximidad con Rusia parecía cuestión de meses. Yanukovich comenzó su presidencia extendiendo la permanencia de las bases navales rusas en Crimea.
En Vilna, la capital de Lituania se realizará el venidero mes de noviembre una reunión del grupo denominado Acuerdo Oriental, que une a los miembros de la UE y los vecinos del este de Europa. Allí los enviados de Kiev firmarán su adhesión a los planes de integración. Las condiciones de la UE han sido claras: respeto a los derechos humanos, claridad en el proceso judicial de Yulia Timoshenko, cuya detención es considerada por los europeos como una persecución política.
Rusia durante los últimos meses ha intensificado su presión por traer a Kiev al redil, pero el chantaje solo ha empeorado la imagen de los “hermanos mayores” entre los ucranianos. Además de las prohibiciones a exportaciones de carne, quesos y más reciente de bombones. Ya el Parlamento Europeo declaró que era inadmisible la presión de Rusia a la Asociación Oriental y pidió respeto por la elección soberana de aquellos que deseen la integración a la UE.
Las autoridades ucranianas buscan crear una zona común de comercio con los europeos, así como velar por el respeto a la propiedad intelectual, pues en Ucrania es una verdadera epidemia el robo de propiedad intelectual.
En ese proceso de aproximación a las entidades europeas, Moldavia es quien tiene la mejor posición, seguida de Georgia, mientras Ucrania tiene el tercer puesto. La voluntad política de las autoridades ucranianas parece que le han puesto en el primer lugar. Falta ahora ver la reacción del Kremlin, quien se niega con insistencia a perder satélites en sus fronteras.
El cálculo de las ganancias por la entrada de Ucrania en las entidades continentales de Europa lo hicieron en Kiev en cuanto triunfo la Revolución Naranja en el 2004, de la que fue acérrimo enemigo el propio Yanukovich. Entonces aliado del Kremlin, el actual presidente amenazaba a los ucranianos en que terminarían sirviendo en las guerras de Irak y Afganistán, en caso de entrar en la OTAN. La retórica no cambió para la elección presidencial que gano en el 2010 y la proximidad con Rusia parecía cuestión de meses. Yanukovich comenzó su presidencia extendiendo la permanencia de las bases navales rusas en Crimea.
En Vilna, la capital de Lituania se realizará el venidero mes de noviembre una reunión del grupo denominado Acuerdo Oriental, que une a los miembros de la UE y los vecinos del este de Europa. Allí los enviados de Kiev firmarán su adhesión a los planes de integración. Las condiciones de la UE han sido claras: respeto a los derechos humanos, claridad en el proceso judicial de Yulia Timoshenko, cuya detención es considerada por los europeos como una persecución política.
Rusia durante los últimos meses ha intensificado su presión por traer a Kiev al redil, pero el chantaje solo ha empeorado la imagen de los “hermanos mayores” entre los ucranianos. Además de las prohibiciones a exportaciones de carne, quesos y más reciente de bombones. Ya el Parlamento Europeo declaró que era inadmisible la presión de Rusia a la Asociación Oriental y pidió respeto por la elección soberana de aquellos que deseen la integración a la UE.
Las autoridades ucranianas buscan crear una zona común de comercio con los europeos, así como velar por el respeto a la propiedad intelectual, pues en Ucrania es una verdadera epidemia el robo de propiedad intelectual.
En ese proceso de aproximación a las entidades europeas, Moldavia es quien tiene la mejor posición, seguida de Georgia, mientras Ucrania tiene el tercer puesto. La voluntad política de las autoridades ucranianas parece que le han puesto en el primer lugar. Falta ahora ver la reacción del Kremlin, quien se niega con insistencia a perder satélites en sus fronteras.