El domingo al atardecer se inauguró la asamblea general de la Organización de los Estados Americanos (OEA) en Fort Lauderdale, ciudad situada unos 55 kilómetros al norte de Miami, Florida.
En los primeros momentos se planteó la función de prevención de crisis que Estados Unidos quiere que asuma la OEA. Como país anfitrión, Estados Unidos propuso que se dé a la OEA un papel de “monitoreo” de las democracias en América Latina.
“Juntos tenemos que insistir para que los gobernantes democráticamente electos tengan la responsabilidad de gobernar democráticamente” o que respondan a la Organización de los Estados Americanos”, ha dicho la Secretaria de Estado de Estados Unidos, Condoleezza Rice.
Asisten a la asamblea general que concluye el martes altos funcionarios de los 34 países miembros.
“Hoy la división en América Latina no es entre la izquierda y la derecha. Es entre los gobiernos que han sido elegidos y gobiernan democráticamente y los que no”, dice Rice.
Estados Unidos propone que se dé a la OEA un “papel de monitoreo” de las democracias en el Hemisferio Occidental. “No es cuestión de intervenir para castigar. Es cuestión de intervenir... para sostener las democracias en la región”, había declarado Rice en el avión que la llevaba a la Florida.
El Secretario General Adjunto (interino) de la Organización de los Estados Americano (OEA), Luigui Einaudi, dijo en su discurso que es necesario que OEA tenga un “sistema de solidaridad” que ayude a los Estados miembros cuyas democracias flaqueen, pero subrayó que esa ayuda no debe ser intervencionista, sino que fortalezca al Estado democrático que se encuentre en apuros.
El Ministro de Relaciones Exteriores de Brasil, Celso Amorim, manifestó que el grupo de países de América del Sur estudia una contrapropuesta.
“Nosotros queremos fortalecer la democracia en la región, pero queremos evitar mecanismos intrusivos”, dijo Amorim.