Los medios de comunicación rusos han utilizado la cita del gobernador de las autoridades de ocupación, el colaborador Volodymyr Saldo, al que no se puede considerar fuente de información fiable. Aunque el Kremlin lo nombra “gobernador de la región de Jersón de Rusia”, dicho órgano ficticio no tiene nada en común con el organismo legítimo oficial. En Ucrania, Saldo se encuentra en búsqueda y captura por traición al Estado y atentado contra la integridad territorial del país. También hay numerosas sanciones impuestas contra Volodymyr Saldo por parte de Ucrania, la UE, Gran Bretaña, EEUU, Suiza, Japón, Nueva Zelanda, Canadá y Australia.
Tras el bombardeo indiscriminado de ciudades pacíficas por parte de Rusia, la destrucción de infraestructuras civiles y el asesinato masivo de civiles, el nivel de autoidentificación de los ucranianos ha alcanzado un nivel sin precedentes en todos los años de independencia del país. Según la encuesta sociológica realizada en toda Ucrania por el Grupo Rating, publicada el 29 de enero de 2024, se registraron niveles muy altos de identidad cívica ucraniana entre los encuestados de la región de Jersón: la mayoría de los encuestados se autodenominaron ucranianos convencidos con una orientación europea. Además, la mayoría de los encuestados hablaban de la identidad ucraniana en términos de una elección consciente, exacerbada por la guerra rusa.
Rusia bombardea diariamente cada barrio de la ciudad, asesinando a la población civil de Jersón y causando daños colosales a su infraestructura crítica. Fueron precisamente las acciones de las tropas rusas las que condujeron a considerables pérdidas humanas y materiales en Jersón, lo que provoca rechazo en la gran mayoría de los residentes locales. Según el sondeo de la Fundación Comunitaria de Jerson Zahyst (2023), sólo el 8% de los habitantes de Jersón señaló que no había sufrido a consecuencia de los bombardeos hostiles.
Una de cada tres familias de Jersón ha perdido su patrimonio debido a la invasión rusa. Un tercio (35%) de los habitantes de Jersón ha sufrido daños en su piso o casa particular, el 27% de los encuestados dijo que su edificio había sido dañado, y el 23% sufrió daños en sus pertenencias. También se produjeron daños significativos en la salud de los residentes de Jersón: el 35% afirma que en su familia hay personas que han empezado a sufrir trastornos mentales, y en el 3% de las familias hay heridos. Pero lo peor es que la gente está muriendo a causa del bombardeo de la ciudad. Durante la encuesta, el 2% de los residentes de Jersón dijeron que había muertos en sus familias.
La mayoría de los encuestados considera que la restauración de la región se debe llevar a cabo a expensas del país agresor (79%), que debe ser castigado por sus acciones criminales.
Por tanto, teniendo en cuenta los datos de la encuesta de la opinión pública y la lucha desesperada de los residentes de Jersón contra el ejército ruso durante ocho meses que duró la ocupación, se puede afirmar que la agresión del Kremlin ha acabado por apartar a algunos de los lugareños indecisos, aquellos ciudadanos ucranianos que podrían tener algunas opiniones prorrusas antes de la invasión a gran escala.
El mito ruso sobre el «sureste originariamente ruso» de Ucrania, que, según los ocupantes, debería incluir la región de Jersón, nunca ha sido confirmado por los hechos históricos. Conviene recordar que, tras la desintegración de la URSS, el 93,13% de los habitantes de Jersón votaron a favor de la independencia de Ucrania en el referéndum celebrado en toda Ucrania el 1 de diciembre de 1991. De este modo, mostraron su deseo de vivir en un Estado independiente y soberano: Ucrania. En el censo ucraniano de 2001, la inmensa mayoría de los habitantes de Jersón (82%) se declararon ucranianos.