Cubanos varados en Costa Rica pasarán las fiestas navideñas lejos de la familia, con una mezcla de nostalgia y tristeza luego de conocer que el gobierno tico denegó sus solicitudes de refugio, y los isleños no cuentan con los recursos necesarios para tramitar la categoría migratoria establecida que les permite permanecer en el país por un período de hasta dos años.
Se trata de un grupo de 19 cubanos, remanente de más de 200 que en agosto último quedaron varados en la localidad de Peñas Blancas, fronteriza con Nicaragua, y que desde entonces permanece en el Centro de Atención Temporal a Migrantes (CATEM), un precario campamento en La Cruz de Guanacaste. El gobierno dio 3 días a los migrantes para presentar una apelación ante la Unidad de Refugio, a partir del miércoles, 22 de diciembre.
“Todos recibimos el dictamen que deniega nuestra solicitud de refugio y ahora no tenemos otra posibilidad que la de presentar un recurso de apelación en las próximas 72 horas para iniciar un proceso que dura un año. Es decir, quedamos sin documentación y sin posibilidades de trabajar”, comentó Danyer Suárez.
El dictamen fue emitido por la Comisión de Visas Restringidas y Refugio, que determinó que los argumentos de persecución y temores de regresar a Cuba presentados por los solicitantes eran insuficientes y, por tanto, “no cumplen con los enunciados de refugiado contenidos en la Ley General de Migración, artículo 106”, según la resolución.
Las autoridades costarricenses anunciaron en noviembre último la creación de una categoría migratoria especial de carácter humanitario para los nicaragüenses, venezolanos y cubanos a quienes se les haya denegado el estatus de refugiado, “tanto por la situación de la pandemia mundial producto del COVID-19, como de la situación precaria de sus países de origen”, según el anuncio oficial.
“En virtud de la protección que requieren las personas migrantes afectadas por la situación política, sanitaria y social que se vive en Venezuela, Nicaragua y Cuba, se considera oportuno la implementación de un sistema de protección complementaria que les brinde la posibilidad de permanecer legalmente en el país, con un enfoque de razones humanitarias, lo que se encuentra acorde con el derecho positivo nacional y la normativa internacional relevante sobre derechos humanos", indica la resolución de Migración publicada en el diario oficial La Gaceta.
Pero gestionar esa categoría cuesta el equivalente a unos 90 dólares, y los cubanos dicen que no cuentan con esos recursos, pues están en situación de calle.
“No tenemos para un arriendo, ni para el bus. Nos están botando para la calle muy diplomáticamente. Somos indocumentados en Costa Rica. Estamos peor que hace un año”, dijo Carlos Manuel Collazo.
Los cubanos llevan 4 meses y medio en el campamento, en una zona rural asolada por fuertes aguaceros que hacen diana en las ya raídas lonas de las tiendas de campaña. Videos enviados por los migrantes a Radio Televisión Martí reflejan, incluso, peligros para la salud.
“Si no apelamos, nos están concediendo un plazo de 10 días para abandonar el campamento. Según nos informan los agentes de Inmigración, van a sacarnos con la fuerza pública si es necesario”, dijo José Ángel López.
En un lapso de 3 meses, más de 400 cubanos que se encontraban en el campamento en La Cruz, desesperanzados de obtener una solución favorable a su situación migratoria, decidieron continuar camino irregular hacia la frontera de México con EEUU.
Daguer A. Hernández, agente que entregó personalmente el documento a los migrantes, no respondió a varias llamadas de Radio Televisión Martí.
"No nos vamos a referir al tema en este momento", dijo a este reportero Jean Pierre Mora, representante de la Agencia del Alto Comisionado para los Refugiados de Naciones Unidas.
En vísperas de las fiestas navideñas y de fin de año, quedarán 19 almas sin techo y sin comida. Solo resta que una vez más los habitantes de la pequeña localidad de La Cruz, duchos en temas migratorios, tiendan su mano bondadosa a quienes abandonan su país en busca de libertades y una mejor oportunidad de vida.