A finales del año 2018 el Parlamento Italiano aprobó una ley que contempla crear una organización controlada por el gobierno, separada del Comité Olímpico Nacional Italiano (CONI), que distribuiría los fondos para las federaciones nacionales de cada deporte.
Esta nueva entidad llamada “Sport e Salute” o Deporte y Salud debe reducir el rol de CONI en la preparación de Juegos Olímpicos. La ley también puede establecer límite de la duración de los cargos olímpicos, incluyendo el del miembro del Comité Olímpico Internacional Giovanni Malagó.
La agencia de noticias ANSA reporta que la ley ha encontrado oposición de varios oficiales y organismos que señalan que la nueva ley otorga demasiado poder al Ministerio de Deportes Italiano.
Un organismo que ha expresado su contrariedad por el anuncio de la nueva ley es el COI cuyo presidente, Thomas Bach, ha hecho una “advertencia” al CONI de que la implementación de la ley preocupa mucho, con el hecho de Italia organizando los Juegos Olímpicos de invierno en 2026.
El presidente del COI confirmó que ha escrito una carta al Ministro de Deportes de Italia, Vincenzo Spadafora enumerando los términos de la ley que reducirían grandemente el rol de CONI en el deporte italiano. Esta ley constituye interferencia del gobierno en el Comité Olímpico Nacional (NOC) lo cual está terminantemente prohibido por la Carta Olímpica.
La carta de referencia fue enviada a CONI el año pasado, dos meses después de que la sede de los juegos de invierno fuera otorgada a Milán y Cortina d’Ampezzo señalando que no enmendarse la situación esto podría llevar a la suspensión de CONI. De acuerdo al periódico italiano La Repubblica, poco progreso se ha logrado hasta la fecha y el COI todavía aguarda respuesta a su misiva.
En la disputa entre el COI y el ministerio de deportes italiano el Ministro de Deportes también hizo referencia a la situación en Belarus donde el Comité Olímpico Nacional, NOC, está presidido por el “presidente” de Belarus, Alexander Lukashenko, un asunto al que Bach y el COI se han negado repetidamente a atender. “Si para Bach la autonomía del NOC de Belarus no está ni siquiera en discusión, mucho menos debe estar el de Italia”, declaró Spadafora.
Bueno, dos males no hacen un bien.
Nosotros, aunque no podemos darle la razón a Spadafora, podemos darle otros ejemplos aún más claros de intervención de un gobierno, en franca violación de la Carta Olímpica y el legado del Barón de Coubertin.
En Unión Soviética y las naciones satélites de ella siempre el gobierno manejó, financió y controló todos los aspectos del “olimpismo” en sus territorios. En la Rusia de hoy en día, el gobierno de Vladimir Putin sigue controlando totalmente el deporte olímpico hasta el colmo de organizar el uso de esteroides por sus atletas.
En todos los años de existencia de la dictadura comunista en Cuba, el régimen que detenta el poder en la isla también ha controlado el olimpismo con manejo del NOC y todas las federaciones, nombrando y sustituyendo de sus cargos a todos los funcionarios de estos organismos. El régimen en Cuba también estuvo a cargo del programa de esteroides (con lo que “ganaron” muchas medallas). Este programa estaba bajo la paternidad de Alemania comunista con sus laboratorios. Es de destacar que muchos de los personajes que integraban ese horroroso sistema de drogas en la Alemania del Este fueron encarcelados al “unirse” las dos Alemanias y algunos de ellos murieron en prisión.
En ninguno de los casos señalados el COI hizo ni hace referencia a las violaciones de la Carta Olímpica.