El 2019 es uno de los peores años en la economía cubana después del llamado periodo especial. En opinión de analistas cubanos el gobierno continúa perdiendo la oportunidad de hacer cambios que reducirían la crisis.
Aún los cubanos tienen en sus oídos la palabra “coyuntural”, el término que usó en septiembre el mandatario Miguel Díaz-Canel para reconocer que el país atravesaba una considerable crisis y justificar nuevas medidas restrictivas a la población.
El desastre económico ocasionó cambio de horarios en la actividad laboral y escolar, reducción drástica del combustible, afectación grave en la ya maltrecha producción del país, incluyendo la agricultura y un caos en el sistema de transporte en la isla.
En opinión de Miriam Leyva, periodista especializada en asuntos económicos, se trata de un asunto que ya venía caminando y estalló finalmente en 2019 “desarticulando totalmente la vida del país y de los ciudadanos”.
Por su parte el licenciado Jorge Ignacio Guillén, graduado de Economía de la Universidad de La Habana, considera que el 2019 fue otra oportunidad perdida para arreglar los problemas pendientes.
“Lejos de implementarse los cambios estructurales que necesita la economía cubana como la ampliación del sector privado o la reforma de la empresa estatal para lograr un poco más de productividad, lo que se ha hecho este año es tomar varias medidas o acciones para responder a la crisis estructural que sufre el modelo económico”, apuntó el economista.
De ahí, que Guillén afirme que el aumento de salario promulgado este año y la apertura de tiendas en divisas, son una reacción de desesperación y no cambios reales pues “ninguna de estas medidas va a la esencia del problema”.
2019 también ha sido el año en que las sanciones de Estados Unidos hacia el gobierno cubano se han incrementado, sobre todo la entrada en vigor del título III de la Ley Helms-Burton y la eliminación de los barcos cruceros y vuelos comerciales al interior del país y la reducción en el monto de las remesas.
Leyva asegura que las medidas de Washington inciden mucho en la economía nacional pero también en la economía de los ciudadanos “porque se caen todas las ofertas del cuentapropismo”. Además llamó la atención en que la poca solidez en las finanzas del país generan desconfianza y desalientan a los inversionistas extranjeros.
2019 quedó una vez más con una tarea pendiente: la unificación de la moneda, aunque parece, según los expertos que el 2020 pudiera ser fin del CUC.
“Eso no va a resolver ningún problema, ese no es el cambio que necesita la economía cubana. Empezar a usar moneda nacional, eso es parte del cambio, es un primer paso pero la unificación cambiaria, el tipo de cambio uno a uno que impera para las empresas estatales, ese es el pollo del arroz con pollo y el cambio que verdaderamente tiene que llegar y no creo que ese cambio esté tan cerca como pudiera estar el fin del CUC”, analizó Guillén, quien aspira a que en el 2020 se dé la imprescindible modificación monetaria y cambiaria.
