“¡Ho, nación del Islam!... recen por la cura de nuestro jeque Abu Musab Al-Zarkahui de una herida que sufrió en el sendero de Dios”, dijo la declaración atribuida a la Organización (de Al-Kaeda) Para la Guerra Santa en Iraq.
“Eres amado por los guerreros sagrados (mujaidines) y que Dios te sane y te haga imbatible...”, dice la declaración publicada en un sitio islámico de Internet que con frecuencia divulga las actividades del grupo que dirige Al-Zarkahui y de otros grupos terroristas. “Nuestro jeque nos ha enseñado que nada es digno en comparación con... Islam”, agrega la declaración.
En Bagdad el coronel Steve Boylan, del Ejército de Estados Unidos, portavoz de las fuerzas americanas en Iraq, dijo: “No tenemos información sobre su estado de salud o si ha sido herido. El es todavía nuestro principal objetivo a capturar o matar y hasta que eso ocurra, la caza seguirá”.
El coronel Boylan agregó que con anterioridad se han oído frecuentes informes similares que fueron casi imposibles de verificar. “Esto podría ser otra de sus estratagemas; uno nunca sabe”, añadió el militar. En Washington el Departamento de Defensa dijo que carecía de base alguna para confirmar o desmentir el reporte.
La declaración, hecha alegadamente por el coordinador de prensa del grupo terrorista, Aby Maysaraj al-Iraqui, no dijo cuándo ni cómo Al-Zarkahui había sido herido. Se sabe que Al-Iraqui es el coordinador de prensa del grupo terrorista de Al-Zarkahui pero no hubo manera de confirmar si la declaración era verdadera o no, ni si en realidad fue divulgada por Al-Kaeda en Iraq.
Al-Zarkahui ha reclamado responsabilidad de ataques terroristas contra los civiles y las fuerzas de seguridad iraquíes y por el secuestro y decapitación de extranjeros. Su cabeza tiene un precio de $25 millones, la misma suma que se ha ofrecido por la captura o muerte de Osama Bin-Laden, el fundador y jefe máximo de la organización terrorista internacional Al-Kaeda.
“Que los cercanos y los lejanos sepan que la herida de nuestro líder es un honor y una causa para el asedio de los enemigos de Dios y motivo para aumentar los ataques contra ellos”, decía también la declaración en Internet.
A principios de mayo circularon informes de que los militares americanos investigaban si Al-Zarkahui estaba hospitalizado en Ramadí y si estaba allí a causa de una enfermedad o por alguna herida.