Cubanos en la isla denunciaron este miércoles a Radio Martí las pésimas condiciones en centros de aislamiento y hospitales, la corrupción en policlínicos con las pruebas PCR, y la utilización de la pandemia por parte de las autoridades como pretexto para reprimir a opositores con multas y prisión.
El periodista independiente Vladimir Turró informó que él y su esposa fueron diagnosticados con COVID-19; Turró salió este martes de un centro de aislamiento y ella, que está embarazada, continúa internada en un hospital materno de la capital.
“Mi esposa sigue en el hospital materno La Fátima, en Guanabacoa, pero allí no tienen agua potable, no hay medicamentos para el dolor, ni para bajar la fiebre. Hablé con ella hoy y me dijo que ha tenido numerosas diarreas y ni siquiera le han practicado un análisis para ver si está deshidratada”, apuntó Turró.
En el caso del comunicador, pasó siete días internado en la escuela de la Aduana, que colinda con la vocacional Lenin, ubicada en la zona de Managua, en Arroyo Naranjo, donde hay cientos de personas en aislamiento, y las condiciones médicas y de alimentación son deficientes.
“Allí nadie me preguntó por mis contactos, nunca me preguntaron mi fuente de infección, hay personas que escaparon de ese lugar. Previo al ingreso y ya ambos con síntomas, tuvimos problemas en el policlínico de Párraga, en Arroyo Naranjo, para hacernos la prueba, y esta se logró solamente después de que mi esposa presentó una queja formal a las autoridades de Salud Pública. Además, se están vendiendo las pruebas PCR para las embarazadas, 25 dólares por las pruebas en las casas”, denunció.
Desde San Antonio de los Baños, en Artemisa, Daniel Alfaro comenta que se incrementa el hostigamiento, multas y decomiso de los productos, en contra de los vendedores de alimentos en medio de la crisis.
“La ciudad de San Antonio está totalmente cerrada y militarizada con guardias Boinas Rojas. Si sales a la calle te multan con 2,000 pesos”, dijo el campesino.
Santiago de Cuba impondrá nuevas restricciones a partir del día 28. Al aumento de contagios se suma la escasez con el pan. El producto solo está disponible por venta normada, y como sustituto de la harina para su confección se está utilizando harina de maíz, yuca y calabaza, señala el residente Eldris Pozo.
“En los mercados estatales, en las cafeterías, allí no hay nada, ayer fue cerrado el barrio militar, ubicado en los altos del reparto 30 de Noviembre, y no salió en el reporte oficial”, contó el cuentapropista.
Jiordan Marrero Huerta, presidente del Partido Demócrata Cristiano en Camagüey, denuncia la situación del activista de la Unión Patriótica de Cuba (UNPACU) Orestes Varona Medina, quien ya se encuentra en la prisión Cerámica Roja, utilizaron la pandemia para encarcelarlo.
“El día 7 de mayo fue injustamente condenado por el Tribunal Provincial de Camagüey a 10 meses de privación de libertad, por los delitos de desacato, resistencia y propagación de epidemias”, alertó el activista.
La capital de la provincia de Holguín está cerrada totalmente, hay puntos de control policial en la entrada y salida, destaca el opositor Ramón Zamora.
“No hay arroz, tampoco viandas, y la mayoría de los alimentos que se resuelven únicamente aparecen en el mercado negro”, afirmó Zamora
Desde Sancti Spíritus, el periodista independiente Adriano Castañeda cuenta que hay muchos barrios aislados y el desabastecimiento es total.
“Sigue la situación muy compleja en el hospital provincial Clínico Quirúrgico, Camilo Cienfuegos, las salas están congestionadas de casos de COVID-19 y hay faltante de medicamentos, además desapareció el pan liberado”, señaló el comunicador.