A sus 90 años, el expresidente de EEUU Jimmy Carter asegura que su vida sigue siendo "emocionante e impredecible" y se mantiene en la vanguardia progresista del país en sus opiniones sobre el racismo, el matrimonio homosexual o las primarias demócratas para las elecciones de 2016.
Considerado por muchos lo más cercano que tuvo Estados Unidos a un presidente de izquierdas durante el siglo XX, Carter (1977-1981) echa de nuevo la vista atrás en el último de la treintena de libros que ha escrito durante su vida, titulado "A Full Life: Reflections at Ninety" ("Una vida completa: reflexiones a los noventa").
En sus entrevistas para promover el libro, publicado esta semana en Estados Unidos, el exmandatario generó un debate con sus opiniones sobre temas de actualidad, desde la legalización nacional del matrimonio gay hasta la persistencia del racismo, pasando por las declaraciones del magnate Donald Trump sobre la inmigración ilegal y las relaciones de EEUU con Cuba.
Para el expresidente que irritó a muchos congresistas al viajar varias veces a Cuba tras abandonar la Casa Blanca e incluso reunirse con Fidel Castro en 2002, el acercamiento a la isla iniciado por el presidente Barack Obama es más que positivo. "Creo y espero que (Obama) cumpla por completo su compromiso al deshacerse del todo del embargo y las sanciones al pueblo cubano, y tenga relaciones completas con el Gobierno cubano y su pueblo", dijo Carter al diario de Virginia "Richmond Times-Dispatch".
"Creo que Jesús (Cristo) alentaría cualquier relación de amor si fuera honesta y sincera y no hiciera daño a nadie más, y no veo que el matrimonio homosexual dañe a nadie más", aseguró Carter en una entrevista con el diario Huffington Post el martes. Sus palabras sorprendieron todavía más dada su práctica devota de la fe cristiana bautista y su rumoreada capacidad de recitar cada verso de la Biblia de memoria.
Carter tampoco dudó en tachar de "ridículos" los comentarios del magnate Donald Trump, un aspirante republicano a la Presidencia de EEUU que aseguró en junio que la mayoría de los inmigrantes mexicanos al país traen "drogas", "crimen" o son "violadores". "Ha hecho comentarios estúpidos, comentarios imprudentes sobre los inmigrantes y solo va a conseguir una pequeña parte del apoyo del partido republicano", aseguró Carter a la cadena CNN.
En su nuevo libro, el expresidente se explaya más en su vida personal que en la política, aunque incluso en las memorias de su infancia hay un componente que ayudaría a forjar sus ideas: el segregacionismo racial que se respiraba en el estado de Georgia donde nació en 1924, y que su propio padre defendía.
Carter observa con tristeza las tensiones raciales que han resurgido en el país en los últimos años, y en especial el tiroteo de junio en el que un joven blanco mató a nueve afroamericanos en una iglesia de Charleston (Carolina del Sur). "Creo que toda la publicidad sobre las confrontaciones entre la policía y la población negra en varios lugares y la tragedia en Charleston nos ha recordado que aún tenemos un largo camino por recorrer. Todavía hay un racismo innato en nuestro país que tiene que enfrentarse correctamente", manifestó Carter a la cadena PBS.
Preguntado por los cinco aspirantes demócratas que compiten por
la candidatura de su partido a la Casa Blanca, Carter pronosticó una
victoria segura de la exsecretaria de Estado Hillary Clinton. Pero dejó claro que el senador Bernie Sanders es quien mejor representa al ala liberal del partido, a la que él pertenece, y quien mejor enarbola la bandera del combate a la desigualdad, que se ha convertido en central en las primarias demócratas.
El nonagenario expresidente declaró que se mantendrá activo políticamente "todo lo que pueda", y seguirá trabajando para el Centro Carter, la organización que fundó junto a su esposa Rosalynn para combatir la pobreza, las enfermedades y el hambre en el mundo. "Mi vida no es tranquila. Es una vida llena de retos, emocionante e impredecible, intrépida y agradable", relató a la PBS.