Cuba comenzó con una semana de anticipación la celebración de Día Nacional de Arabia Saudita, con un acto organizado la noche del martes por la Unión Arabe en La Habana, en el marco de las crecientes relaciones entre ambos países.
El gobierno de Raúl Castro ha estrechado sus lazos diplomáticos y comerciales con la monarquía saudita, que gobierna como una teocracia desde su formación en 1932 y representa una de las pocas monarquías absolutas que existen en la actualidad.
En enero de este año el canciller cubano, Bruno Rodríguez Parrilla, inauguró en La Habana la nueva sede diplomática de Arabia Saudita en Cuba, en presencia del prínciple Khaled Bind Saud, viceministro saudita de Relaciones Exteriores.
Arabia Saudita ha estrechado sus nexos económicos con Cuba contribuyendo a la reconstrucción de varios hospitales infantiles en la isla. A su vez, Cuba ha negociado con el reino saudita la contratación de los servicios de especialistas médicos cubanos, cuyo primer grupo de treinta llegó a Riad el pasado 10 de agosto, para trabajar durante tres años como parte del programa de médicos visitantes. Ninguno de los dos países ha divulgado cifras de cuántos médicos cubanos se han contratado.
El viceministro de Salud, Aqel Al Gamedi, dijo en un comunicado que desde que comenzó ese programa, hace más de dos años, cerca de 2,130 médicos de países como Pakistán, Egipto y Estados Unidos, han trabajado en Arabia Saudita, cuya producción petrolera la ha situado entre las primeras veinte economías del mundo.
En lo que representa el proyecto más importante para Cuba , Arabia Saudita está financiando la rehabilitación de las redes de acueducto y alcantarillado en La Habana. En el marco de esa inversión el ministro de Finanzas saudita, Ibrahim Abdulaziz Al-Assaf, realizó en abril una visita oficial de cuatro días, para formalizar el préstamo otorgado a Cuba por el Fondo Saudita para el Desarrollo.
El reino de Arabia Saudita mantiene una de las más rigurosas interpretaciones de la sharia del mundo islámico. La mayor parte de las libertades fundamentales están seriamente restringidas o prohibidas, según informes de los más importantes grupos de derechos humanos como Amnistía Internacional y Human Rights Watch.
El gobierno de Raúl Castro ha estrechado sus lazos diplomáticos y comerciales con la monarquía saudita, que gobierna como una teocracia desde su formación en 1932 y representa una de las pocas monarquías absolutas que existen en la actualidad.
En enero de este año el canciller cubano, Bruno Rodríguez Parrilla, inauguró en La Habana la nueva sede diplomática de Arabia Saudita en Cuba, en presencia del prínciple Khaled Bind Saud, viceministro saudita de Relaciones Exteriores.
Arabia Saudita ha estrechado sus nexos económicos con Cuba contribuyendo a la reconstrucción de varios hospitales infantiles en la isla. A su vez, Cuba ha negociado con el reino saudita la contratación de los servicios de especialistas médicos cubanos, cuyo primer grupo de treinta llegó a Riad el pasado 10 de agosto, para trabajar durante tres años como parte del programa de médicos visitantes. Ninguno de los dos países ha divulgado cifras de cuántos médicos cubanos se han contratado.
El viceministro de Salud, Aqel Al Gamedi, dijo en un comunicado que desde que comenzó ese programa, hace más de dos años, cerca de 2,130 médicos de países como Pakistán, Egipto y Estados Unidos, han trabajado en Arabia Saudita, cuya producción petrolera la ha situado entre las primeras veinte economías del mundo.
En lo que representa el proyecto más importante para Cuba , Arabia Saudita está financiando la rehabilitación de las redes de acueducto y alcantarillado en La Habana. En el marco de esa inversión el ministro de Finanzas saudita, Ibrahim Abdulaziz Al-Assaf, realizó en abril una visita oficial de cuatro días, para formalizar el préstamo otorgado a Cuba por el Fondo Saudita para el Desarrollo.
El reino de Arabia Saudita mantiene una de las más rigurosas interpretaciones de la sharia del mundo islámico. La mayor parte de las libertades fundamentales están seriamente restringidas o prohibidas, según informes de los más importantes grupos de derechos humanos como Amnistía Internacional y Human Rights Watch.