La VII Cumbre de las Américas arranca oficialmente este viernes, pero concluirá sin una declaración final, ya que la reunión de cancilleres del jueves, en la que se concretaría el documento "Mandatos para la acción", no llegó a un acuerdo.
El diario local La Estrella, que cita a fuentes diplomáticas internacionales presentes, dice que el escollo principal no ha sido Cuba, que se había desentendido del documento preparado por expertos de la Organización de Estados Americanos (OEA), sino el rechazo de Venezuela hacia los últimos cuestionamientos contra algunos de sus funcionarios.
"El descontento del gobierno venezolano ha sido tal que llegó a condicionar la asistencia del presidente Nicolás Maduro a la cita panameña. Para evitarlo, la diplomacia de Isabel Saint Malo tuvo que hacer gala de sus mejores oficios y la ayuda del gabinete del presidente Barack Obama, que suavizó su enfrentamiento contra el régimen venezolano la pasada semana hasta el punto de enviar al consejero del secretario de Estado, Thomas Shannon", señala el periódico.
La reunión de ministros de exteriores del continente, que se celebró a puerta cerrada, terminó con el "respaldo" a la propuesta panameña de "trasladar" los "Mandatos para la acción", preparados para la Cumbre, a las instituciones del Sistema Interamericano y al Grupo de Trabajo Conjunto de las Cumbres, "para que gestionen la implementación de todo lo acordado".
Cuba se desmarcó
La declaración de Panamá contenía ocho puntos o ejes temáticos que las 33 naciones del continente debían atender: Seguridad, educación, migración, energía, medio ambiente, participación ciudadana, gobernabilidad democrática y salud.
Fuentes de la Cancillería cubana habían insistido en que la participación de Cuba en la Cumbre estaba "desasociada" de ese proyectado documento final.
Una nota de la agencia oficial cubana precisaba que ese texto fue elaborado por el Grupo Revisión e Implementación de las Cumbres, perteneciente a la Organización de Estados Americanos (OEA), en tanto que "la asistencia de Cuba ratificará la ruptura total que la isla mantiene con respecto a la Organización de Estados Americanos (OEA), la cual funge hoy como eje del sistema de esas citas presidenciales".
Bajo el subtema de "gobernabilidad democrática", la declaración comprometía textualmente a los líderes participantes.
"Reconociendo que la democracia y el desarrollo económico y social son interdependientes y se refuerzan mutuamente, acordamos las siguientes acciones:
1. Fortalecer el Estado de Derecho Democrático, la separación e independencia entre los Poderes del Estado, el respeto a los derechos humanos, la transparencia, integridad y eficiencia de la gestión pública, así como la creación de condiciones que hagan posible el involucramiento de la ciudadanía en todo el ciclo de las políticas públicas, principalmente mediante la democratización del acceso a las tecnologías de la información y la comunicación. Encomendamos a la OEA que le dé seguimiento a este tema".