Los reclusos que dieron testimonio sobre los horrores que vive la población penal en la prisión de Canaleta, en Ciego de Ávila, fueron víctimas de represalias luego que unos videos que filmaron dentro de la cárcel hicieran titulares en televisoras y medios digitales fuera de Cuba.
En la grabación, hecha con un teléfono celular, los reos ofrecieron detalles de las pésimas condiciones de vida de la población penal, y al hacerse hacerse pública, la Seguridad del Estado tomó represalias contra los cautivos.
Las autoridades ordenaron el traslado inmediato y forzado hacia otras prisiones del país -sin que pudieran dar aviso a los familiares- de todas las personas que tuvieron participación en el material expuesto.
Durante la participación en el programa Cuba al Día, de Radio Martí, el periodista Jorge Bello, reportero que canalizó las denuncias, y Martha Beatriz Roque, líder de la Red de Comunicadores Comunitarios, ofrecieron detalles de lo ocurrido.
A criterio de Roque, el video "los ha molestado mucho", y la primera medida que tomaron fue sacar de la prision a todos los que intervinieron" en su grabación.
Las autoridades se "ensañaron" en particular con Lázaro Raúl Rivero Quintana, al que le pidieron que firme un documento diciendo que todo su testimonio fue mentira, "algo que no puede hacer".
En el testimonio del recluso "todo lo que dijo fue verdad", y estuvo acompañado de imágenes "gráficas", como las botas rotas, la toalla, el colchón, los baños, la comida, precisó Roque.
Hasta el momento, la Red de Comunicadores solo ha podido tener información de Rivero Quintana, natural de la provincia Camagüey, pero desconoce el paradero y la situación actual de los demás.
En el caso de Rivero Quintana, la hermana le comunicó a un miembro de la Red en su territorio que lo habían trasladado a otra prisión.
"Fue sacado semidesnudo de la celda donde se encontraba durmiendo, en la madrugada del viernes 8, por efectivos de las Brigadas Especiales del Ministerio del Interior (MININT) en un aparatoso operativo", dijo la Red en un comunicado.
La nota agrega que "sin dar razón alguna, al recluso lo violentaron contra el piso para neutralizarlo y ponerle unas esposas cogidas por cadenas en las manos, cintura y pies, y acto seguido fue introducido en un vehículo hermético sin conocer su futuro paradero, hasta que en horas de la noche del propio viernes se percató que lo habían llevado para la prisión camagüeyana Kilo-7, donde pudo contactar con una hermana en una breve y controlada llamada telefónica".
La Red explica que otro familiar "envió un mensaje de texto a Jorge Bello (autor de la noticia) para informarle que temprano en la mañana había sido sacado de la celda de la prisión Kilo-7 para ser interrogado por espacio de dos horas, por un oficial enviado desde la Habana con rango de Teniente Coronel del Ministerio del Interior".
Luego del interrogatorio, el reo fue trasladado hacia otra prisión de Camagüey conocida como “la 26”, con mayor rigor disciplinario.
La Red de Comunicadores alertó sobre la situación de los reclusos, con los que "la dictadura se ensaña por poner al desnudo los horrores del sistema penitenciario cubano".
(Con información de la Red Cubana de Comunicadores y Cuba al Día)