Mientras las defensorías del pueblo de Costa Rica y Panamá aseguran que trabajarán juntas en la búsqueda de una solución regional a la crisis de migrantes cubanos, 300 caribeños han llegado a la capital istmeña, entre los cuales hay tres mujeres embarazadas y ocho niños.
La Estrella de Panamá publica este domingo que la crisis migratoria de los cubanos no termina de tocar fondo y que desde hace una semana han empezado a llegar más isleños a Ciudad Panamá procedentes de Puerto Obaldía, de la comarca Guna Yala, y de Meteti, en Darién.
Los cubanos en Panamá están siendo atendidos por la Pastoral Social Cáritas de la Iglesia católica. Víctor Berrío, director de Cáritas, dijo que 170 han sido ubicados en la iglesia de Santa Ana y 130 se mantiene en el edificio principal de la Pastoral.
En busca de una solución regional
Por su parte, la defensora de los habitantes de Costa Rica, Montserrat Solano, y el defensor del pueblo de Panamá, Alfredo Castillero, anunciaron en una reunión que trabajan para hallar una solución regional a la crisis.
"Hemos coincidido en que es necesaria una solución regional, que incluya a Centroamérica. Vamos a ver cómo gestionamos una reunión de defensores involucrando a otros países claves como Brasil, Ecuador y Colombia porque este es un tema que no lo pueden resolver solo Panamá y Costa Rica", declaró Solano.
La costarricense, según recoge el sitio Telemetro, aseguró que los países de la región deben enfocar sus esfuerzos en lograr que estas migraciones ocurran "en pleno respeto a los derechos humanos".
Por su parte, Castillero anunció que las defensorías de Costa Rica y Panamá diseñarán una propuesta conjunta para acceder a cooperación del Fondo de las Naciones Unidas para la Seguridad Humana.
"Vamos a diseñar una propuesta para someterla a consideración de las Naciones Unidas para que nuestras defensorías se beneficien del fondo y que no nos limitemos a realizar una labor de acompañamiento y de orientación en políticas públicas, sino también reforzar el modo en que atendemos la temática", comentó.
En vista de la cantidad de caribeños y para evitar el hacinamiento, Cáritas habilitará un centro de la Iglesia en Villa Zaíta para albergar unos 70 cubanos.
El cuarto éxodo no acaba
El problema no parece tener una solución a corto plazo. Berrío dijo que en Puerto Obaldía hay unos 120 cubanos que tarde o temprano terminarán en la ciudad Capital.
El diácono denunció que cuatro cubanos han sido detenidos por el Servicio Nacional de Migración, de los cuales tres se encontraban en la acera de la Pastoral Social y el otro se sospecha que fue interceptado cuando salía de La Miel.
Los funcionarios de Migración se los llevaron alegando que su estadía en el país era ilegal, a pesar de que mostraron sus pasaportes. ‘Tendrán que meter presos a los 300 que están en la ciudad', se quejó Berrío.
Para el diácono es contradictorio que por un lado los funcionarios de Migración arresten a los cubanos y por otra parte, personal del Ministerio de Salud y del hospital Santo Tomás estén ofreciendo asistencia de salud a los caribeños.
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Berrío dijo sentir temor por lo que están en Puerto Obaldía porque es probable que sean detenidos para deportarlos, cuando intente salir de la zona con destino a la ciudad Capital.
Los cubanos llegan al país procedente de Surámerica y con destino a los Estados Unidos. Sin embargo, Nicaragua mantiene cerrada la frontera para los emigrantes cubanos y Costa Rica está aplicando la misma medida.
Desde noviembre pasado, Costa Rica y Panamá viven una crisis con una oleada de miles de migrantes irregulares cubanos, en lo que se conoce ya como el cuarto éxodo desde la isla, que buscan llegar a Estados Unidos en una larga travesía desde países suramericanos como Brasil, Ecuador y Colombia.