Desde hace dos años y medio régimen comunista autorizó la compraventa de casas en Cuba, como parte de sus tímidas reformas capitalistas para apuntalar el sistema marxista.
Sin embargo, para la mayoría de los jóvenes de la isla tener techo propio sigue siendo una quimera, para no hablar de los ancianos.
“Quisiera tener una casa para mí solo, pero el salario que me pagan, remotamente no da ni para alquilarme ni comprarme una casa”, comentó a periodistas independientes, jóvenes que lejos de encontrar una solución, viven cada día con menos esperanzas.
La mayoría de los jóvenes dice vivir en condiciones infrahumanas y promiscuas y que, por otro lado, la posibilidad de salir de dicha situación es casi nula.
Para muchos jóvenes la única esperanza de poder tener casa propia es esperar a que se mueran sus mayores o salir del país.