El ganador de la primera vuelta de las elecciones presidenciales colombianas, el uribista Oscar Iván Zuluaga, reiteró este lunes que de ser elegido presidente suspenderá el proceso de paz provisionalmente pero se declaró dispuesto a plantear penas reducidas de seis años para los exguerrilleros de las FARC.
Entretanto, la candidata de la izquierda colombiana, Clara López, que obtuvo un 15,23 % de los votos en las elecciones presidenciales del domingo, dijo hoy que la decisión que se tomará en materia de alianzas para la segunda vuelta será "compleja" pero "responsable".
López, candidata del Polo Democrático Alternativo (PDA) en coalición con la Unión Patriótica (UP), aseguró en una entrevista con Caracol Radio que la crítica de la izquierda al modelo económico que comparten los dos candidatos que pasaron a segunda vuelta es algo para tener en cuenta.
Según López, cuarta en las elecciones del domingo, a las que se presentaron cinco candidatos, Juan Manuel Santos y Zuluaga "comparten casi absolutamente todo, las dos diferencias grandes están en las relaciones internacionales y en la paz, que es crucial para el futuro del país".
López agregó que el Polo y las fuerzas que lo apoyan discutirán a partir de hoy su postura para la segunda vuelta partiendo de la base de la "cohesión" y la "ampliación hacia la izquierda en materia de alianzas", mediante consultas con distintas vertientes.
Sobre los resultados que obtuvo el domingo, la candidata se mostró satisfecha y destacó la alta votación que recibió en Bogotá, el mayor colegio electoral del país, donde fue segunda con un 20,41 %, superada sólo por Zuluaga (22,09 %), y por delante de Santos (18,08 %).
Colombia elegirá su próximo presidente el 15 de junio, luego de que Zuluaga se impusiera el domingo en las elecciones sin lograr la diferencia suficiente sobre el mandatario Santos como para asegurar una victoria definitiva.
En unas reñidas elecciones donde están en juego dos recetas casi opuestas para acabar con un largo conflicto con la guerrilla de las FARC, Zuluaga obtuvo un 29,26 por ciento de los votos y Santos un 25,68 por ciento, según cómputos de la Registraduría.
Los dos aspirantes son antiguos compañeros de gabinete, pero tienen profundas diferencias sobre cómo poner fin a 50 años de conflicto que han dejado más de 200.000 muertos y ha limitado la expansión de la cuarta economía de América Latina.
Desde hace un año y medio, Santos mantiene una negociación de paz con las izquierdistas FARC, y ha hecho del proceso su principal bandera de campaña. El presidente busca su reelección con la esperanza de convertirse en el hombre que firme un acuerdo de paz.
Pero Zuluaga, ha capitalizado las dudas de muchos ciudadanos sobre la voluntad de paz de la guerrilla. Y amenaza con acabar la negociación porque, según él, los rebeldes no deben tener concesiones como la de llegar a ser congresistas.
"La paz sí, pero una paz que beneficie solamente al pueblo colombiano. No podemos dejar que la FARC pretendan comandar el país desde La Habana, el presidente de la República no puede ni deber ser manipulado por las FARC", dijo Zuluaga en su discurso en medio de gritos y aplausos de apoyo de sus seguidores.
Zuluaga, un ex ministro de Hacienda de 55 años, logró un vertiginoso ascenso en las encuestas al final de la campaña, pese a un escándalo que lo salpicó por sus presuntos nexos con un detenido hacker acusado de sabotear la negociación de paz entre el Gobierno y las FARC.
Ninguno de los dos candidatos obtuvo más del 50 por ciento de los votos necesarios para eludir una segunda vuelta, por lo que tendrán que definir la presidencia el 15 de junio.
Como las propuestas socioeconómicas de Zuluaga y Santos son similares -ambos son partidarios del libre mercado, de reducir la pobreza, el desempleo, de mejorar la salud y la educación- la balanza la inclinará su enfoque hacia el conflicto con la guerrilla.
"Lo que ha quedado claro hoy es que en tres semanas los colombianos tendrán dos opciones, podrán escoger entre los que queremos el fin de la guerra y los que quieren una guerra sin fin", dijo Santos después de conocer el resultado.
"Vamos a escoger entre el miedo y la esperanza, entre los que se niegan a la paz y los que estamos dispuestos a buscarla", agregó.
JUGANDO A LAS ALIANZAS
A pesar de estar sentados a la mesa en La Habana para las negociaciones de paz, el Gobierno ha lanzado ofensivas militares contra las FARC en las selvas y las montañas y el grupo rebelde ha respondido con ataques a la infraestructura petrolera.
"Nos importa la seguridad, entonces estamos cien por ciento por Zuluaga", dijo José Gómez, un votante de 39 años.
Aunque Santos poco antes de los comicios logró un acuerdo con la guerrilla sobre el complejo tema del narcotráfico, y además las FARC junto al más pequeño Ejército de Liberación Nacional (ELN) declararon un cese al fuego por las elecciones, esos logros no parecieron ayudarlo mucho el domingo.
Y Santos también fue manchado por un escándalo cuando uno de sus asesores fue denunciado por supuestamente recibir unos 10 millones de dólares de narcotraficantes con los que pagó parte de una deuda de la campaña del 2010.
Ahora Santos tendrá que recuperar adeptos en las próximas tres semanas si quiere retener el poder. Las alianzas serán decisivas para asegurar el triunfo en una segunda vuelta.
En el tercer lugar de la votación se ubicó la candidata del Partido Conservador, Marta Lucía Ramírez, con el 15,53 por ciento de los votos, seguida por la izquierdista Clara López del Polo Democrático con 15,23 y el aspirante de la Alianza Verde, Enrique Peñalosa con un 8,28 por ciento.
Santos hizo una primera jugada y les pidió a los candidatos derrotados su apoyo para concretar sus propuestas de campaña en los próximos cuatro años.
Zuluaga pidió a Ramírez unirse a su campaña, mientras elogió a los demás rivales. Pero ninguno de los dos pudo lograr ningún compromiso de inmediato.
López y Peñalosa anunciaron que convocarán a reuniones a las directivas de sus partidos para evaluar las propuestas de Zuluaga y de Santos.
Aunque los comicios transcurrieron en calma, fue notoria la abstención de más de un 60 por ciento, por encima de anteriores elecciones. Como el voto no es obligatorio, históricamente sólo la mitad de los electores habilitados acuden a las urnas.
Entretanto, la candidata de la izquierda colombiana, Clara López, que obtuvo un 15,23 % de los votos en las elecciones presidenciales del domingo, dijo hoy que la decisión que se tomará en materia de alianzas para la segunda vuelta será "compleja" pero "responsable".
López, candidata del Polo Democrático Alternativo (PDA) en coalición con la Unión Patriótica (UP), aseguró en una entrevista con Caracol Radio que la crítica de la izquierda al modelo económico que comparten los dos candidatos que pasaron a segunda vuelta es algo para tener en cuenta.
Según López, cuarta en las elecciones del domingo, a las que se presentaron cinco candidatos, Juan Manuel Santos y Zuluaga "comparten casi absolutamente todo, las dos diferencias grandes están en las relaciones internacionales y en la paz, que es crucial para el futuro del país".
López agregó que el Polo y las fuerzas que lo apoyan discutirán a partir de hoy su postura para la segunda vuelta partiendo de la base de la "cohesión" y la "ampliación hacia la izquierda en materia de alianzas", mediante consultas con distintas vertientes.
Sobre los resultados que obtuvo el domingo, la candidata se mostró satisfecha y destacó la alta votación que recibió en Bogotá, el mayor colegio electoral del país, donde fue segunda con un 20,41 %, superada sólo por Zuluaga (22,09 %), y por delante de Santos (18,08 %).
Colombia elegirá su próximo presidente el 15 de junio, luego de que Zuluaga se impusiera el domingo en las elecciones sin lograr la diferencia suficiente sobre el mandatario Santos como para asegurar una victoria definitiva.
En unas reñidas elecciones donde están en juego dos recetas casi opuestas para acabar con un largo conflicto con la guerrilla de las FARC, Zuluaga obtuvo un 29,26 por ciento de los votos y Santos un 25,68 por ciento, según cómputos de la Registraduría.
Los dos aspirantes son antiguos compañeros de gabinete, pero tienen profundas diferencias sobre cómo poner fin a 50 años de conflicto que han dejado más de 200.000 muertos y ha limitado la expansión de la cuarta economía de América Latina.
Desde hace un año y medio, Santos mantiene una negociación de paz con las izquierdistas FARC, y ha hecho del proceso su principal bandera de campaña. El presidente busca su reelección con la esperanza de convertirse en el hombre que firme un acuerdo de paz.
Pero Zuluaga, ha capitalizado las dudas de muchos ciudadanos sobre la voluntad de paz de la guerrilla. Y amenaza con acabar la negociación porque, según él, los rebeldes no deben tener concesiones como la de llegar a ser congresistas.
"La paz sí, pero una paz que beneficie solamente al pueblo colombiano. No podemos dejar que la FARC pretendan comandar el país desde La Habana, el presidente de la República no puede ni deber ser manipulado por las FARC", dijo Zuluaga en su discurso en medio de gritos y aplausos de apoyo de sus seguidores.
Zuluaga, un ex ministro de Hacienda de 55 años, logró un vertiginoso ascenso en las encuestas al final de la campaña, pese a un escándalo que lo salpicó por sus presuntos nexos con un detenido hacker acusado de sabotear la negociación de paz entre el Gobierno y las FARC.
Ninguno de los dos candidatos obtuvo más del 50 por ciento de los votos necesarios para eludir una segunda vuelta, por lo que tendrán que definir la presidencia el 15 de junio.
Como las propuestas socioeconómicas de Zuluaga y Santos son similares -ambos son partidarios del libre mercado, de reducir la pobreza, el desempleo, de mejorar la salud y la educación- la balanza la inclinará su enfoque hacia el conflicto con la guerrilla.
"Lo que ha quedado claro hoy es que en tres semanas los colombianos tendrán dos opciones, podrán escoger entre los que queremos el fin de la guerra y los que quieren una guerra sin fin", dijo Santos después de conocer el resultado.
"Vamos a escoger entre el miedo y la esperanza, entre los que se niegan a la paz y los que estamos dispuestos a buscarla", agregó.
JUGANDO A LAS ALIANZAS
A pesar de estar sentados a la mesa en La Habana para las negociaciones de paz, el Gobierno ha lanzado ofensivas militares contra las FARC en las selvas y las montañas y el grupo rebelde ha respondido con ataques a la infraestructura petrolera.
"Nos importa la seguridad, entonces estamos cien por ciento por Zuluaga", dijo José Gómez, un votante de 39 años.
Aunque Santos poco antes de los comicios logró un acuerdo con la guerrilla sobre el complejo tema del narcotráfico, y además las FARC junto al más pequeño Ejército de Liberación Nacional (ELN) declararon un cese al fuego por las elecciones, esos logros no parecieron ayudarlo mucho el domingo.
Y Santos también fue manchado por un escándalo cuando uno de sus asesores fue denunciado por supuestamente recibir unos 10 millones de dólares de narcotraficantes con los que pagó parte de una deuda de la campaña del 2010.
Ahora Santos tendrá que recuperar adeptos en las próximas tres semanas si quiere retener el poder. Las alianzas serán decisivas para asegurar el triunfo en una segunda vuelta.
En el tercer lugar de la votación se ubicó la candidata del Partido Conservador, Marta Lucía Ramírez, con el 15,53 por ciento de los votos, seguida por la izquierdista Clara López del Polo Democrático con 15,23 y el aspirante de la Alianza Verde, Enrique Peñalosa con un 8,28 por ciento.
Santos hizo una primera jugada y les pidió a los candidatos derrotados su apoyo para concretar sus propuestas de campaña en los próximos cuatro años.
Zuluaga pidió a Ramírez unirse a su campaña, mientras elogió a los demás rivales. Pero ninguno de los dos pudo lograr ningún compromiso de inmediato.
López y Peñalosa anunciaron que convocarán a reuniones a las directivas de sus partidos para evaluar las propuestas de Zuluaga y de Santos.
Aunque los comicios transcurrieron en calma, fue notoria la abstención de más de un 60 por ciento, por encima de anteriores elecciones. Como el voto no es obligatorio, históricamente sólo la mitad de los electores habilitados acuden a las urnas.