El periódico opina que el colapso de la democracia boliviana sería una buena noticia para Castro y Chávez, porque ellos comparten el sueño de formar una alianza de naciones autócratas que coordinen esfuerzos con países similares, como Irán, Libia y China, para oponerse a Washington.
El editorial critica a Chávez por inmiscuirse en los asuntos bolivianos, y afirma que las democracias del continente, como Estados Unidos, Argentina, Brasil y Chile, deben dar más respaldo al presidente Carlos Mesa, quien enfrenta un movimiento radical que intenta paralizar el país con huelgas y bloqueos de carreteras.
Añade que los insurgentes causaron hace 18 meses la renuncia de un presidente democrático y dicen representar al pueblo indígena, pero Mesa tiene el apoyo de la mayoría de los bolivianos y el partido que impulsa las protestas, el Movimiento al Socialismo, nunca recibió más del 21 por ciento de los votos en una elección.