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Bielorrusia un año después de las cuestionadas elecciones y no hay visos de justicia


Cartel de la campaña de solidaridad con el pueblo de Belarúa lanzada por Amnistía Internacional.
Cartel de la campaña de solidaridad con el pueblo de Belarúa lanzada por Amnistía Internacional.

“Tras las ampliamente cuestionadas elecciones presidenciales del año pasado, las autoridades bielorrusas han desatado una campaña de brutales represalias contra la disidencia y han cometido un sinfín de violaciones de derechos humanos y crímenes de derecho internacional contra la ciudadanía”, ha declarado Amnistía Internacional en el primer aniversario de los comicios.

Estas violaciones incluyen el uso ilegítimo de la fuerza, detenciones arbitrarias, tortura y otros malos tratos, desapariciones forzadas y secuestros, así como enjuiciamientos de motivación política por cargos falsos.

Decenas de ONGs de derechos humanos y otras organizaciones de la sociedad civil han sido cerradas arbitrariamente y muchos miembros de su personal han sido detenidos como sospechosos en causas penales fabricadas o forzados a exliarse.

Al menos tres personas que protestaban pacíficamente han muerto como consecuencia del uso de la fuerza por la policía, mientras decenas de miles han sido objeto de detención arbitraria y reclusión. Cientos más han denunciado torturas. Estas violaciones no han sido investigadas y los presuntos perpetradores no han sido acusados formalmente aún.

“Durante el pasado año, miles de personas que se manifestaban pacíficamente o que tenían opiniones discrepantes han sido detenidas de forma arbitraria o forzadas a exiliarse o a vivir con el temor de ser enjuiciadas y encarceladas arbitrariamente", afirmó Marie Struthers, directora de Amnistía Internacional para Europa Oriental y Asia Central.

"Cientos de ellas han sido ya enjuiciadas como presuntos delincuentes o declaradas culpables y condenadas a largas penas de cárcel, incluida una personas menores de edad. La crisis de derechos humanos que se está desarrollando en Bielorrusia es una saga de horror y desesperación y no hay visos de que termine”, agregó Struthers.

“Los crímenes de derecho internacional cometidos contra el pueblo de Bielorrusia no prescriben. El resto del mundo no debe quedarse de brazos cruzados. Este oscuro capítulo sólo se cerrará cuando la última persona sobreviviente de violaciones de derechos humanos de Bielorrusia sea resarcida y todos los responsables de violaciones de derechos humanos respondan de sus actos ante la justicia”, aseveró.

Amnistía Internacional sigue de cerca desde hace un año lo que sucede en Bielorrusia y ha elaborado un informe que revela cómo han utilizado las autoridades bielorrusas el sistema de justica como instrumento de represión para castigar a sobrevivientes de tortura en lugar de a sus presuntos perpetradores.

Amnistía Internacional lanzó además la campaña de solidaridad global #StandWithBelarus que denuncia las brutales represalias del gobierno contra personas de toda condición: desde mujeres, menores y periodistas hasta estudiantes y personas jubiladas, pasando por profesionales de la salud, artistas, atletas, sindicalistas y otras.

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