El dramaturgo Yunior García Aguilera, uno de los principales promotores de la “Marcha Cívica por el Cambio”, alertó que el régimen podría entorpecer el carácter pacífico de la manifestación prevista para el próximo 15 de noviembre.
"El 15 de noviembre marcharemos sin odio. Estamos conquistando un derecho que jamás se nos ha respetado en 62 años de dictadura, pero vamos a conquistarlo con civismo. Todo el mundo estará mirando hacia Cuba ese día. Sabemos que el poder juega sucio, que da órdenes de combate contra su propio pueblo, que nos miente en la cara, que sería incluso capaz de infiltrar a sus paramilitares en la marcha para generar violencia y echarnos la culpa. Cada ciudadano deberá ser responsable de su conducta y defender la actitud pacífica y firme que hemos convocado", escribió el creador de la Plataforma Archipiélago Cuba, que aglutina a más de 27 mil cubanos.
En un comentario publicado en sus redes sociales, el también activista del 27N denunció la campaña de descrédito desatada por la prensa oficial en contra de los promotores de esta acción y pidió la comprensión de los militares cubanos para que no repriman a los manifestantes como sucedió el 11 de julio.
"El 15 de noviembre puede y debe ser un día hermoso. Donde quiera que viva un cubano, sabemos que su corazón va a estar en Cuba. Ojalá que los poderosos no insistan en comportarse de manera cobarde contra sus propios ciudadanos. No repitan el crimen del 11 de julio. Ojalá que oficiales y soldados comprendan que no hay honor alguno en obedecer órdenes inmorales. Ojalá también que ninguna potencia extranjera interfiera en un asunto que debemos resolver con verdadera soberanía, la de los ciudadanos", escribió el artista.
Somos rehenes de un dogma obsoleto, de un clan de funcionarios aferrado al poder y a sus privilegios, de un capricho apuntalado con fusiles de fabricación rusa ...
Aguilera afirmó que la revolución prometió derechos, justicia, libertad y elecciones libres, pero en su lugar convirtió a Cuba "en un apéndice soviético" que en lugar de ser verde como las palmas, "se envolvió en un manto rojo con una hoz y un martillo custodiando la estrella solitaria".
"El pensamiento único, la censura y la persecución política han sido el pan de cada día para cualquier cubano que no se someta al control de los mayorales. Y el fin de la Guerra Fría solo aumentó nuestra miseria. Somos sobrevivientes de una guerra inconclusa, en la que no fuimos ni vencedores ni vencidos, solo rehenes de un dogma obsoleto, de un clan de funcionarios aferrado al poder y a sus privilegios, de un capricho apuntalado con fusiles de fabricación rusa", escribió.