Tener que hacer largas colas para conseguir alimentos como cualquier otro cubano no es el único problema que enfrentan a diario los activistas de derechos humanos en Cuba: también puede ocurrirles que, al incorporarse a una cola, les digan que no pueden hacerlo.
Y que incluso un agente de la policía los acuse de desacato al tratar de comprar alimentos por segunda vez.
“Yo le estaba explicando a él que eso era una represión policial, porque yo necesitaba comprar como todo el mundo, y más con la situación de comida que hay en estos momentos en el país”, le dijo el lunes a la periodista de Radio Televisión Martí Ivette Pacheco desde La Habana la Dama de Blanco Yaquelín Heredia Morales.
El agente que intentaba disuadirla para que dejara la cola le dijo que si ella no se retiraba no iba a quedarle otro remedio que trasladarla a la unidad policial, y que ella estaba cometiendo “un delito de desacato”, le contó Heredia a Pacheco.
“Mi esposo le pide explicación y nos conducen a los dos a la unidad”, explica Heredia, quien es paciente de HIV. “Nos llevan a Cuba y Chacón y nos trasladan para el Técnico de Picota, en La Habana Vieja, y nos toman declaración: nos dicen que nosotros estamos acusados por desacato”.
A su esposo, Carlos Alberto Álvarez Rojas, miembro como ella de la Unión Patriótica de Cuba (UNPACU), le llenaron los documentos de instrucción y lo encerraron en un calabozo, y a ella también, contó Heredia.
“Pero yo comienzo a sentirme muy mal, y empiezo a pedirles servicios médicos, y primeramente me los niegan: que no tenían carro para llevarme a ningún policlínico ni a ningún hospital”, le dijo Heredia a la reportera Ivette Pacheco.
Poco después de haber exigido ver al jefe de la Unidad policial empezó a sangrar por la nariz, a consecuencia de la hipertensión, asegura la Dama de Blanco.
“Me llevan después de las 10 de la noche a un policlínico, y [cerca de] las 4 de la mañana aparecen estos dos instructores [y] me dicen que me van a mandar a la casa por el problema de que yo me sentía mal, pero que seguíamos bajo un proceso de desacato mi esposo y yo”, relata la activista.
No es la primera vez que ocurre.
El 6 de marzo, Heredia Morales informó a Radio Televisión Martí que ella fue acusada de desacato, y su esposo de atentado, por haber participado ambos el 8 de septiembre de 2019 en la Marcha de los Girasoles en La Habana.
Se enteraron de los cargos que pesaban contra ellos al salir de su casa ese viernes por la mañana, cuando los detuvieron y los llevaron a la estación conocida como 100 y Aldabó, donde los interrogaron y los amenazaron durante varias horas.
“Me dijeron que no puedo salir de mi casa, ni de la provincia, ni del país, y me amenazaron con llevarme de nuevo a prisión”, declaró Heredia Morales. A su esposo le pusieron las mismas prohibiciones y le ocuparon el teléfono, que quedó “bajo investigación”.
La Dama de Blanco fue detenida en abril de 2016 luego de filmar el acoso de policías e inspectores estatales contra un bicitaxista en La Habana, y fue sancionada entonces a cumplir un año de cárcel. Durante el arresto gritó “Abajo Fidel” y “Abajo la dictadura”.
Al salir de prisión denunció los abusos contra las mujeres en la cárcel y se incorporó a las actividades de UNPACU y a las Damas de Blanco.