El 29 de diciembre de 1878, hace 145 años, comenzó a jugarse oficialmente béisbol en la todavía colonia española de Cuba.
Ese día, el club Habana derrotó 21 carreras por 20 al Almendares, en el partido inaugural de lo que devino en la Liga Profesional de Cuba.
Aquella primera campaña contó con tres equipos, Habana, Almendares y Matanzas, con apenas ocho juegos para cada equipo.
Los habaneros, liderados por Esteban Bellán, primer latinoamericano en jugar béisbol profesional en Estados Unidos, ganaron el certamen inaugural de manera invicta.
Hacía menos de 15 años que los hermanos Ernesto y Nemesio Guilló, quienes estudiaban en Estados Unidos, habían llevado los primeros implementos beisboleros a la isla en 1864.
La fiebre por el deporte de las bolas y los strikes se expandió rápidamente por toda Cuba, en parte, asociada con los vientos de libertad que soplaban desde el vecino del Norte y las primeras conspiraciones para buscar la independencia de España.
La liga cubana se estableció con solidez y en 1879, los Hop Bitters, un equipo profesional de Estados Unidos, llegó a la isla para topar con una selección cubana, con lo que se iniciaba una larga relación beisbolera entre ambos países.
Cuatro años antes del arranque de la liga cubana, se jugó en el Palmar de Junco de Matanzas el primer partido del que se tiene hoja de anotación o box score, aunque no fue un juego oficial.
El 27 de diciembre de 1874, el Havana Baseball Club derrotó 51 carreras a nueve al Matanzas Baseball Club, en un encuentro de exhibición.
Un siglo después, la fecha fue manipulada por la dictadura cubana, que decretó el juego del Palmar de Junco como el primero oficial de la historia en la isla.
En 1974, las autoridades deportivas del régimen celebraron con bombo y platillos el supuesto centenario de la pelota cubana, con la celebración de un juego de veteranos de las primeras Series Nacionales amateurs, establecidas tras la eliminación del profesionalismo en 1962.
La razón para darle preponderancia a un juego de exhibición e ignorar en lo absoluto el primer partido oficial del 29 de diciembre de 1878 fue parte de la campaña oficialista por borrar cualquier sombra del pasado profesional del béisbol en la isla.
Hacía 15 años que había triunfado la revolución de Fidel Castro y su gobierno destinaba incontables recursos a la creación de un poderoso movimiento deportivo con fines propagandísticos para intentar demostrar la superioridad del sistema comunista, tal como hacían la Unión Soviética y sus satélites del bloque de Europa del Este.
Mientras, eran echadas al olvido por decreto gubernamental las grandes luminarias que dieron brillo a la pelota rentada cubana, tanto en el país, como en las Grandes Ligas norteamericanas.
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