El día 15 de abril se conmemora en todos los parques de Grandes Ligas el día de 1947 que Jackie Robinson comenzó a jugar con los Dodgers, en aquel entonces de Brooklyn, y que se abriera la compuerta que permitió entrar a la corriente de jugadores negros que, enseguida, comenzaron a enriquecer al béisbol de Grandes Ligas.
El tiempo ha ido limando las aristas de la historia, simplificando el hecho alrededor de la figura de Robinson y de la visión y magnanimidad de los Dodgers. Como pasa siempre, la historia ha sido envuelta en la neblina de la leyenda y los zapatos de spikes de Jackie ya lucen como el calzado de cristal de Cenicienta.
Primero que todo, la presencia de Robinson no abrió una compuerta para que entraran los jugadores de la raza negra a las Grandes Ligas y la primera vez que Robinson jugó en un partido como parte del equipo de Grandes Ligas de los Dodgers fue en La Habana.
Vamos a tratar primero el caso de la supuesta compuerta que se abrió para los jugadores negros después del 15 de abril de 1947. Como lo reseñan los cronistas actuales, muchos de los cuales lo único que hacen es leer otro cronista contemporáneo, luce como si después de Jackie y el Brooklyn, todos los equipos se hubieran reforzado con jugadores de las Ligas Negras.
Para darles una idea inicial, cuando Robinson se retiró, al final de la temporada de 1956, 10 años después del famoso día 15, todavía había tres equipos que no se habían, como se dice con respecto a este tema, "integrado". Cuando las Medias Rojas de Boston pusieron a jugar a Pumpsie Green en 1959, se convirtieron en el último equipo en poner a jugar un pelotero negro. En ese momento ya Robinson llevaba fuera de la pelota tres años y los Dodgers habían dejado a Brooklyn por Los Ángeles.
Vamos a ver que pasó en materia de integración en los equipos de Grandes Ligas después del 15 de abril de 1947, el día que Jakie Robinson salió a jugar, en un juego regular de Grandes Ligas, con el uniforme de los Dodgers y bajo un abucheo tremendo de gran parte del público que no quería a un negro jugando en Grandes Ligas. ¿Que pasó en los próximos seis años en ese departamento de la integración del béisbol grande?
En julio 5, menos de tres meses después, los Indios del Cleveland sacaron al terreno a Larry Doby, el primer pelotero negro en la Liga Americana. En agosto 17, cinco semanas después, los Carmelitas de San Luis presentaron como debutantes a Hank Thompson (la Ametralladora Thompson, jugador del Habana en Cuba) y a Willard Brown, que también jugó en Cuba pero jugó más en Puerto Rico y está en su Salón de la Fama.
¿Que pasó el resto del año? Bueno, en agosto 15, la India se independiza de Inglaterra, en octubre 6 se trasmite el primer juego de Serie Mundial por televisión y, a fines de diciembre se inventa el transistor. ¿Peloteros negros? No, más ninguno ese año de 1947.
Y, en 1948, ¿Qué sucedió?, ahora que no había barrera racial. Bueno, en enero 30, Ghandi fue asesinado; en mayo 14, el estado de Israel se creó; en junio 24, los soviéticos cortaron a Berlín y el Oeste lo suministró por aire. Ah, también, en las elecciones de noviembre, Truman salió electo presidente. ¿Peloteros negros en nuevos equipos de Grandes Ligas? Ninguno.
En 1949, en julio 8, los Gigantes de New York entran en lo de la integración con Hank Thompson. Como vimos, ya la ametralladora había comenzado con los Carmelitas hacía dos años, o sea, ya estaba domado.
¿Qué sucedió, además, en el 49? Ese año, en abril 19, debutó Orestes Miñoso con el Cleveland pero eso no se vale porque los Indios se habían abierto a la integración con Larry Doby en el 47 como ya vimos. Por lo demás, los soviéticos detonaron su primera bomba atómica en agosto 29 y Mao fundó China Comunista en octubre 1.
En 1950, en abril 18, Sam Jethroe, rompe la barrera racial en el equipo de los Bravos del Boston. Ya había roto la barrera del sonido en Cuba robando bases para el Almendares. En materia de integración no pasó nada más en 1950; pero en junio 25, Corea del Norte invadió a Corea del Sur.
Miñoso es cambiado del Cleveland a las Medias Blancas de Chicago y eso hace que, el 1 de mayo de 1951, el Minnie rompa la barrera racial en Chicago. Lo otro de importancia ese año fue que, unos días antes de la llegada de Miñoso a Chicago, Truman había botado de su trabajo a Douglas MacArthur.
Para no cansarlos les diré que en 1952, aparte de la elección de Eisenhower y el golpe de Batista no pasó nada y ningún equipo contrató a un jugador de la raza negra. O sea, que seis años después del debut de Robinson, solamente había seis equipos con jugadores negros, algunos de ellos reciclados como fue el caso de Miñoso y Hank Thompson.
Podemos seguir, pero creo que ya tienen la idea de cómo fue el proceso. Por eso, cuando oigan lo de que Jackie Robinson abrió la compuerta de las Grandes Ligas para que entrara un torrente de peloteros de su raza, sabrán que no hubo compuerta y mucho menos torrente.
Aparte de la mítica compuerta, dijimos, al comienzo del artículo, que la primera vez que Jackie Robinson jugó como parte integral del equipo grande de los Dodgers fue en La Habana. Veamos como se desarrollaron los acontecimientos.
En 1946 los Dodgers estaban pensando en elevar a Jackie Robinson a las Grandes Ligas. Robinson había militado en los Reales de Montreal, sucursal de los Dodgers en la Internacional League y había quemado esa liga en 1946 bateando para 349 con 40 bases robadas, pero todavía no se sabía si el equipo o la organización de Grandes Ligas le permitirían a Robinson jugar en Liga Grande.
Los Dodgers se habían entrenado en el estadio La Tropical en los años 1941 y 42 y habían dejado de ir a Cuba solamente por las restricciones de viaje durante los años de guerra. En 1946, la presencia de Robinson en Florida, durante el entrenamiento, había creado algunas confrontaciones raciales, aún estando con los Reales de Montreal.
Habiendo perdido el campeonato del 46 por muy estrecho margen y con la intención de tomar el paso histórico de subir a Robinson, los Dodgers no querían complicaciones de ningún tipo.
La Habana era territorio conocido, con un nuevo estadio, el mejor de Iberoamérica. Los cubanos estaban acostumbrados a los peloteros negros americanos, de los cuales muchos eran ídolos en Cuba y sentían admiración y cariño por todo lo que tuviera que ver con la pelota. Vuelvo a repetir que todos los jugadores americanos que estaban en el Salón de la Fama por la vía de las Ligas Negras antes del 2006 y la mayoría de los que están ahora, jugaron en Cuba.
Aparte de eso, los planes de los Dodgers eran jugar, además de con equipos cubanos, con otros equipos del Caribe, Venezuela y Florida y La Habana era, en ese momento, la base de Pan American y Cubana de Aviación para toda el área.
Cuba estaba en un período de tranquilidad democrática y bonanza económica. El precio del azúcar estaba alto como siempre sucede durante y después de los conflictos bélicos y el Plan Marshall compraba toda la producción azucarera de la isla.
La construcción del Gran Estadio del Cerro era parte de la expansión constructiva que llegó hasta finales de los 50 y que realizó, prácticamente, toda la obra que hay hoy en Cuba y hasta más ya que hay áreas como los ferrocarriles y vías secundarias que han ido desapareciendo por la incapacidad y negligencia.
La gerencia de los Dodgers decidió usar todas estas ventajas culturales, geográficas y de infraestructura deportiva pero, a la idea americana de aquellos tiempos.
Dividieron los jugadores en tres grupos. A los jugadores de Liga Mayor, blancos, los hospedaron en el Hotel Nacional, los jugadores de liga menor, en los dormitorios de la Havana Military Academy, para los que no se acuerdan, uno de los tantos colegios que había en Cuba y que cubrían desde el primer grado hasta el bachillerato y, los jugadores de la raza negra fueron alojados en el hotel Boston en la Habana Vieja.
O sea, no había hotel Nacional para Robinson; Roy Campanella, que ya había jugado en Cuba y Don Newcombe, que también jugaría más tarde en Cuba. Esta separación resultó insultante para Robinson, especialmente cuando descubrió que la separación era producto de la decisión de los Dodgers, no de las costumbres cubanas como le habían hecho creer.
Branch Rickey, el presidente de los Dodgers, no quería más complicaciones y creyó que las evitaría con esta separación. Ya varios jugadores blancos de los Dodgers habían escrito y circulado una carta pidiendo no jugar con Robinson en La Habana. Leo Durocher, el manager del Brooklyn en aquel momento, les dijo simplemente que el que no estuviera de acuerdo podía irse. Nadie se fue.
Por cierto, Robinson jugó ese año con los Dodgers, el que no jugó fue Durocher que fue suspendido por el comisionado Happy Chandler por lo que llamó conducta en detrimento del béisbol. Eso fue respondiendo a rumores de que Durocher había sido visto varias veces en compañía de apostadores.
El hotel Boston era un hotel donde jugadores de Estados Unidos de la raza negra habían hecho una costumbre hospedarse por décadas cuando ellos venían a jugar a Cuba. El ambiente alrededor del hotel era amistoso y familiar para los peloteros americanos y se había desarrollado, a través de los años, una especie de ambiente de apoyo hacia estos atletas. Los Dodgers estaban aprovechando una infraestructura de béisbol que la sociedad cubana llevaba construyendo por cerca de 100 años.
El profesor de la Universidad de Yale, Roberto Gonzalez Echevarría, comenta sobre esta situación en un artículo escrito en 1996 y se pregunta qué le hizo pensar a los Dodgers que sus peloteros encajarían en el ambiente del Hotel Nacional de aquella época.
Las instalaciones del Nacional con su suntuosa piscina, sus elegantes bares y salones así como otras instalaciones lo hacían el centro de la vida social de diplomáticos y gente de negocios. El juego, que floreció en los años 50 bajo el patrocinio de Batista estaba aún confinado al Casino Nacional y a los cabarets. Los que se hospedaban en el Nacional eran diplomáticos, hombres de negocios y corresponsales extranjeros con sus familias.
El equipo de los Dodgers estaba lleno de recios veteranos de guerra e hijos de inmigrantes provenientes de áreas pobres de Estados Unidos que no esperaban ni se sentían a gusto con tanto lujo. Dice el Dr. González Echevarría que le parece ver a esa ganga de guajiros americanos pasando vestidos de uniforme (porque se vestían en el hotel) entre las reuniones de cocktails y de té.
No hay duda que hubieran estado mejor todos en el hotel Boston, pero ¿quién le metía eso en la cabeza a una mente americana del año 1949?
Pues con esa ganga de jugadores americanos blancos, jugó por primera vez, como parte del equipo, Jackie Robinson, en el campo de entrenamiento en el Gran Stadium del Cerro en La Habana. Cuando comenzaron el campeonato y Robinson apareció con el uniforme de los Dodgers el día 15 de abril del 49, ya llevaba varias semanas jugando junto a esos peloteros y usando ese uniforme.
Recordemos quiénes estaban en La Habana, en el Hotel Nacional o en el Boston y que formaban parte de ese equipo de los Dodgers:
Cookie Lavagetto; Carl Furillo, El Rifle; Pee Wee Reese, el hombre que le pasó el brazo por encima a Robinson en señal de cariñoso apoyo; Eddie Stanky, Hugh Carey; Gil Hodges, un receptor novato que pasó luego a hacer historia como primera base; Dixie Walker; La Araña Jorgesen, que había jugado segunda base con el Habana en Cuba e hizo el grado como tercera con el Brooklyn; Roy Campanella; Don Newcombe; Ralph Branca, que ganó 21 juegos con 21 años y un jardinero central con el nombre de Duke Snider y conocido como The Duke (el Duque) años antes de que nuestro Duque hubiera obtenido ese título nobiliario.
Ese grupo de jugadores ganó el campeonato de 1947 y formó uno de los elencos más notables y conocidos del pasatiempo ganando la Serie Mundial en 1955. Los gastos de entrenamiento de los Dodgers ese año fueron los más altos de las Mayores y, en 1948, entrenaron en Santo Domingo para cortar gastos.
En la temporada de 1949, los Dodgers inauguraron Dodgertown en Vero Beach, Florida, el primer campo de entrenamiento con todo incluido que ha sido el modelo para todos los demás y donde estuvieron por muchos años antes de irse al oeste. Hoy el Dodgertown ha sido declarado oficialmente un sitio histórico.
Después del entrenamiento en La Habana en 1947, Jackie Robinson ganó el premio del Novato del Año, bateando para 297 y liderando la Liga Nacional con 29 bases robadas. Eso lo hizo con el grupo de jugadores con quienes había compartido el mismo uniforme, por primera vez, jugando como parte del equipo, en Cuba.