El cineasta guantanamero Daniel Ross Dieguez, quien ganó con su película “La Espera” una Mención de Honor en el recién culminado Festival Internacional de Cine Pobre de Gibara, dijo a Martí Noticias que el cine cubano necesita un cambio.
Meses atrás, el filme ganó la estatuilla Luciole d' Or (Luciérnaga dorada) al Mejor Drama en la 3ª. edición del Festival Mundial de Cine de Cannes, en la misma ciudad que acoge al más importante festival de la industria cinematográfica.
El realizador dijo que los creadores deben unirse para impulsar el cine: “Hay que unirse como estamos haciendo, ¡qué nos va a costar trabajo! Una de las cosas que uno debe defender es hacer cine y el cine, de una vez por todas, tiene que, como dijo Luis Alberto García, ser libre, ser independiente, para que sea cine”.
La semana pasada García, uno de los actores más importantes de la televisión y el cine cubano, dedicó el premio honorífico Lucía de Honor, que le otorgó el festival de Gibara, a la Asamblea de Cineastas Cubanos. Al recibir el premio, el reconocido actor sentenció "el cine cubano será libre o no será".
En ese sentido, Ross manifestó que “hay mucha gente que está luchando por cambiar la visión que hay acá. Yo en lo personal, como muchos, estamos enfocados en eso, en buscar un cambio. Necesitamos un cambio ya dentro del cine cubano y, sobre todo, modificar la mentalidad que está ahora mismo sembrada en el ICAIC” (Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográficas).
El Festival “siento que ha sido un estímulo para muchos de los que hemos hecho cine independiente en Cuba, en una posición bastante incómoda. Es un triunfo para todos nosotros, estoy agradecido, la verdad, pese a muchas contradicciones que tengo con el ICAIC, ahora mismo, con toda esta batalla que estamos intentando ganar”, apuntó el novel director.
Fundado en 2003 por el fallecido director de cine, productor y guionista cubano Humberto Solás, el Festival Internacional de Cine Pobre de Gibara surgió para alentar la ejecución de un cine de bajo presupuesto o independiente.
El joven realizador estuvo en las reuniones celebradas, recientemente, por un grupo de profesionales del gremio, de donde surgió la Asamblea de Cineastas Cubanos, y en las que se abordó la falta de recursos a los realizadores independientes y la ausencia de mecanismos puntuales para la difusión de sus obras.
“El ICAIC, para muchas personas, no representa nada. Sé que ellos (las autoridades) no van a acceder a hacer mipymes, este tipo de modelo económico, para poder distribuirse uno mismo y estoy claro de que tampoco van a buscar un mecanismo de distribución interno, como cedernos un canal de los de ellos (estatales) y rentarlo a los cineastas para poder proyectar películas y hacer una especie de plataforma como lo es Netflix o HBO, pero interno, que sea cubano o, vaya, internacional también”, indicó Ross.
El director de “La Espera” se refirió a las declaraciones hechas por Alpidio Alonso Grau, el Ministro de Cultura, durante la conformación del grupo de trabajo, en las que asegura que “el cine cubano es el gran cine hecho por el ICAIC" (Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográfica), palabras que fueron reproducidas en un titular por el diario Granma.
“Este festival ha servido para cambiar ese titular de que el gran cine es el que es hecho por el ICAIC. Creo que mi película es bastante arriesgada y, aun así, mira, tuvo un resultado bueno, yo pienso que acabo de tener una mención que desmiente todo eso”, dijo el artista.
“Me llevo esa inmensa alegría de que mi película, a pesar de haberla puesto en un horario complicado donde las personas se van a dormir, que son las 3 de la tarde, y se llenó el cine. Esas dos rondas de aplausos finales y el impacto que tuvo mi historia, que es bastante polémica … con un tema como el de la base naval, la migración actual”, particularizó Ross.
Asimismo, defendió el imperativo de un enfoque inclusivo que incorpore libremente a todos los cubanos.
“Ahora mismo en Cuba todo está paralizado, ¡que haya tantos cineastas con tantas películas y encima no tengan dónde poder exhibirlas! porque los temas pudieran ser problemáticos o no afines a la revolución, algo que, al final, es contradictorio. ¿No? Porque para mejorar algo tienes que criticarlo”, recalcó.
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