El peso cubano cotizaba el miércoles en un mínimo histórico de 230 unidades por dólar en el mercado informal, cayendo a la mitad de su valor de hace un año, mostró una herramienta ampliamente seguida de un medio independiente, en una señal que socava aún más los esfuerzos para controlar la inflación.
El debilitamiento del tipo de cambio del dólar fue similar al del equivalente electrónico del Gobierno que los residentes deben usar para comprar bienes en tiendas estatales relativamente mejor surtidas en comparación con sus puntos de venta en pesos (moneda local), según el medio independiente de noticias en línea El Toque, el más visto en Cuba.
Aunque esos equivalentes electrónicos se emiten con la aprobación del Estado, su valor final en la calle está determinado por la oferta y la demanda.
El Estado califica el tipo de cambio informal como ilegal, pero no ha sido capaz de cerrarlo. El tipo de cambio oficial está fijado en 120 pesos por dólar, aunque tiene pocos dólares para cambiar.
Economistas cubanos dijeron que el aumento reflejó la profundización de la crisis de cuatro años en el país caribeño, impulsada por la falta de divisas convertibles y la caída de la producción.
"En la calle el dólar sigue subiendo. Tenemos que estar matándonos, sacando dinero para poder comprar tres dólares para comprar un poquito de detergente, un poquito de salsa de tomate, el incremento del dólar ha sido algo horrible", dijo Sonia Núñez, una maestra cubana de 47 años.
Las autoridades culpan principalmente a las sanciones estadounidenses más fuertes y a la pandemia del coronavirus por la crisis, mientras que los críticos señalan la lentitud de las reformas orientadas al mercado.
"La caída de la moneda cubana refleja el colapso a cámara lenta de la economía productiva de la isla", dijo Bert Hoffman, un experto en América Latina del Instituto Alemán de Estudios Globales y de Área en Hamburgo.
El ministro de Economía, Alejando Gil, dijo a fines de julio, que el crecimiento económico fue de 1,8% en lo que va del año, muy por debajo del 3% planificado y un 8% menos que en 2019. La crisis se refleja en una aguda escasez de alimentos, medicamentos y otros bienes básicos, así como las largas filas para su compra cuando están disponibles.
Gil dijo que la inflación se estaba disparando a un ritmo del 45% este año, además del salto del 39% en 2022, una cifra que, según muchos economistas, subestima la tasa, ya que no representa de manera adecuada un mercado informal en crecimiento impulsado por la escasez.
La debilidad del peso, la moneda en la que se paga a la mayoría de los cubanos en la isla, socava el poder adquisitivo de salarios ya muy bajos que rara vez superan los 5.000 pesos mensuales, o 20 dólares, según la tasa de cambio informal. El costo local de muchos bienes importados en dólares también se dispara a medida que el peso se desploma, incrementando más los precios al consumidor.
Expertos estiman que el 40% de los 11 millones de habitantes de Cuba dependen completamente de pesos y no tienen acceso a dólares. Aquellos que pueden conseguir dólares estadounidenses, los obtienen principalmente mediante las remesas del exterior o de las ventas a turistas.
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