Alrededor de 250 personas llenaron el estadio de béisbol Muromets, en Kyiv, la capital de Ucrania, donde este domingo se llevó a cabo un juego a beneficio de los niños que han perdido a sus padres en la guerra y a los soldados que están o estuvieron en el frente de batalla contra los invasores rusos.
En una soleada mañana, las banderas de Cuba y Ucrania ondearon juntas, bien colocadas en señal de hermandad, como dijeron los organizadores a Martinoticias.com. Entre orgullo y sentimiento, el ambiente se tornó hechizo en la apertura y las emociones llegaron al límite cuando se escucharon las notas de los himnos de Cuba y Ucrania, manifestaron algunos de los asistentes.
Ha sido una explosión de alegría en opinión de Sacha Borrego, una de las organizadoras del juego, quien se dijo agradecida por un esfuerzo lleno de nobleza que ha servido para unir a cubanos libres y al pueblo ucraniano en contra de una invasión injustificada en la que los niños son las victimas más frágiles.
“Gracias a cada cubano que ayudó a hacer brillar hoy nuestro deporte nacional, por decir NO a la guerra y Sí a Ucrania y a la paz”, dijo la cubana radicada en Manchester, Gran Bretaña, y corresponsal de guerra por su plataforma Archipiélago MCR.
Borrego dijo que asistía al juego en nombre de muchos cubanos que no desean la guerra y quieren la paz para el hermano ucraniano. “El pueblo cubano ama a Ucrania y jamás apoyaremos la política servilista del gobernante Díaz-Canel, un aprendiz de dictador”.
Al encuentro asistieron, además de cubanos y ucranianos, nicaragüenses y estadounidenses. Dave es un exinfante de marina del ejército de Estados Unidos que vivió cuatro años en Kyiv y actualmente reside en Ivano-Frankivsk, en el oeste ucraniano. “Hacía más de 15 años que no asistía a un juego de pelota, es interesante. Apoyo totalmente al pueblo de Ucrania y espero que acaben con todos los cretinos rusos. Que se vayan al infierno porque vamos a ganar”, dijo el exmilitar norteamericano.
En representación de los más de 25.000 menores que han quedado huérfanos por la guerra, 7 niños estuvieron presentes en el partido.
Alier es ucraniano, se desempeñó como jardinero izquierdo en este partido, vistiendo una franela roja con el nombre de Cuba y el número 37 en la espalda. “Se lo debo a Raidel”, dijo en referencia al cubano Raidel Arbelay Becerra, pelotero de origen cubano que vive en Ucrania desde 1996 y fue el responsable de la parte deportiva del evento.
“Ha sido maravilloso, participaron 8 militares que están en el frente. Lo único que han pedido tanto jugadores como público es que eventos como este deben realizarse con más frecuencia”, dijo el cubano oriundo de Ranchuelo, Villa Clara.
Julio, de Nicaragua, hace 19 años que radica en Kyiv, una capital que solo en las dos primeras semanas de mayo fue blanco de 8 ataques con misiles y drones rusos. Menciona con pesar que, como Cuba, el gobierno sandinista es cómplice del Kremlin en esta guerra.
“La cabeza del gobierno sí, pero la población nica en general no está de acuerdo con la invasión. Esta es mi segunda patria, aquí estudié, tengo a mi familia y somos ucranianos prácticamente”, dijo.
Entre 25 y 30 cubanos residentes en Ucrania estuvieron presentes en el estadio Muromets, porque pese a la distancia del terruño, la pelota entre esta comunidad sigue siendo pasión. “Lo que está pasando en este país no es nada más que la valentía de un pueblo que enfrenta a una invasión”, opinó Nelson Carrasco.
Se esperaba en cualquier momento que apareciera la primera dama en el encuentro. Francotiradores se vieron apostados en puntos estratégicos cerca del diamante y había elementos de seguridad, relataron los organizadores. La señora finalmente no asistió al juego.
“Esperamos volver a celebrar un juego como este en los próximos meses, según las circunstancias lo permitan porque estamos en guerra”, dijo Raidel al tiempo que lamentó y condenó el ataque ruso de las últimas horas con misiles a la ciudad de Odesa, que, entre otros daños, dañó la catedral ortodoxa de la Transfiguración.
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