Los economistas cubanos Pedro Monreal y Elías Amor analizaron el desplome del turismo en Cuba durante 2022 y han concluido que es un negocio quebrado.
“La estadística oficial indica que, con una bajísima tasa de ocupación de 15,6% en 2022, la actividad hotelera en Cuba fue un "negocio" quebrado", escribe en su cuenta de Twitter, el economista Pedro Monreal, a partir de las cifras oficiales reveladas.
En su análisis destaca que la baja tasa de ocupación hotelera en Cuba fue mucho más baja que la de los destinos de playa en México (63,9% en mayo 2022) y República Dominicana, con tasas superiores a 70%, en Punta Cana y en Romana-Bayahibe en 2022.
“El problema de la muy baja ocupación hotelera de 15,6% en Cuba no se limita a encontrarse en desventaja respecto a competidores cercanos, sino a que es inferior al nivel a partir del cual se obtienen ganancias (breakeven point) (punto de equilibrio), que en promedio se estima en 52% en el Caribe”, explica Monreal.
El experto se plantea de dónde salieron los recursos para cubrir pérdidas hoteleras en la isla y también un cuestionamiento muy común entre la ciudadanía: cuál es la racionalidad de persistir en una inversión hotelera excesiva.
Por su parte, desde Madrid, España, Elías Amor realiza un análisis de la actividad turística en Cuba en 2022 tomando como punto de comparación los resultados de 2019 como “último año normal”, ya que las condiciones de 2020 y 2021 estuvieron dominadas por la pandemia de Covid-19.
“La entrada de turistas internacionales (en 2022) se situó en 62,1% menos que el dato de 2019, pero el indicador de pernoctaciones que combina el número de turistas y de días, se redujo más aún, un 69%”, señala Amor.
Según el economista hispano cubano, a efectos de análisis comparativos, 2021 sería “Un año para olvidar en que, mientras el turismo en Cuba se atrasaba, en otros países competidores del Caribe recuperaba los niveles de antes de 2020.
En tales condiciones, "la recuperación de 2022 es insuficiente, y hay motivos para pensar que las distancias que se tienen que recorrer para regresar a un escenario de normalidad, son todavía muy importantes, y lo que es peor, no parece que en este año 2023 se consiga cerrar la brecha", estimó Amor.
"Por citar algún ejemplo que oriente sobre las dificultades del sector para remontar los datos, conviene tener en cuenta que Canadá, el principal mercado de turistas para la Isla, apenas aportó 532.487 turistas en 2022, una cifra que, ni de lejos, se acerca a la de 2019 cuando llegaron a la Isla procedentes de este país, 1.120.077 viajeros. El turismo de canadienses se sitúa un 52,2% por debajo de la cifra de 2019. Ciertamente, los responsables del turismo en Cuba deben estar muy preocupados con cifras como estas. Que tan solo el 9% de los canadienses que vinieron en 2019 lo hicieran en 2022 es, cuanto menos, alarmante. Hay mucho que hacer. Pero es igual, otros mercados geográficos ofrecen signos similares del desplome y de las distancias que habrá que superar. Por ejemplo, el segundo mercado en origen, la Comunidad cubana en el exterior, descendió de 623.972 turistas en 2019 a los 333.191 de 2022. Los rusos con sus dificultades de traslado, de 177.977 a 54.383 de 2022. Y así, sucesivamente", indicó el economista.
"Los descensos son significativos y ningún mercado ofrece síntomas de recuperación. En 2023 no se alcanzarán los niveles perdidos antes de 2020 y ello tendrá repercusiones muy negativas sobre el conjunto de la actividad económica de la Isla", sentenció el experto.
En un reciente artículo publicado en febrero por el portal Diario de Cuba, el economista cubano Emilio Morales señaló que el gobierno cubano viene "destinando un multimillonario capital a la construcción de decenas de hoteles en un momento en que la ocupación hotelera estaba por debajo del 35%, desviando recursos necesarios para garantizar una estancia satisfactoria de los turistas que visitaban el país".
"Tampoco se invirtió en otros sectores de la economía que hubiesen ayudado a crear un ambiente favorable a la atracción turística, como por ejemplo la matriz energética, el abastecimiento de alimentos en los mercados y medicinas en las farmacias, el arreglo de las calles y la limpieza en las ciudades, etc.", indicó.
El experto destacó el papel preponderante que juega la jerarquía militar de la isla en decisiones como la construcción de hoteles: "Si hay que señalar a un culpable en esta debacle es GAESA, el holding de los oligarcas cubanos que controla el 70% de la economía nacional, incluida la industria turística, y el 95% de las finanzas. GAESA es la organización que ha tomado en sus manos las riendas del país, es la que controla el flujo del dinero y la que decide en qué sector de la economía y con qué prioridad se invierte" y asegura que la empresa militar no mira la industria turística cubana como motor impulsor de la economía sino "como un nicho de lavado de capital, y por eso crea activos para llenar las arcas personales de sus accionistas".
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