España y varios países europeos se preparan para un invierno difícil debido a la probable paralización del suministro de gas desde Rusia.
Aunque el país ibérico no depende del gas ruso (solo importa en torno al 7%) y Estados Unidos es su principal proveedor (35%), el ejecutivo de Pedro Sánchez ha aprobado un plan de ahorro y “actuaciones solidarias” con el resto de la Unión Europea.
“La situación es crítica. Se puede producir un corte del suministro de gas procedente de Rusia. Es momento de ser solidarios, de enfatizar la capacidad de reacción frente a un chantaje, poniendo de manifiesto que cualquier chantaje o agresión a un socio europeo, lo es a todos”, afirmó Teresa Ribera, vicepresidenta del gobierno español y ministra de Transición Ecológica.
El plan aprobado por el Consejo de Ministros busca reducir el consumo de energía en edificios, recintos públicos y comercios. Prevé límites en el aire acondicionado, que no se podrá poner por debajo de los 27 grados centígrados en verano; mientras que la calefacción estará restringida a los 19 grados en invierno.
Una de las medidas que más polémica ha generado es el apagado de las luces de las vidrieras a las diez de la noche.
Según Isabel Díaz-Ayuso, presidenta regional de Madrid, limitar la iluminación de los comercios "genera inseguridad y espanta el turismo". Y se pregunta: “¿qué ahorro se va a aplicar a sí mismo [el gobierno central?]”.
Pedro Sánchez ha sido acusado por la oposición de proponer recortes al resto de la sociedad, mientras utiliza “helicópteros contaminantes” para moverse en distancias cortas en Madrid.
El plan gubernamental también prevé ayudas en el ámbito del transporte, como la gratuidad de los trenes “de cercanías” entre el 1 de septiembre y el 31 de diciembre, y descuentos de hasta el 50% en otros trayectos para incentivar el uso del transporte público.
Los recortes energéticos de España no afectarán a las viviendas particulares, y están en la línea de planes similares aprobados en Alemania, Francia, Italia, Bélgica y otros países, para reducir el consumo y depender menos del gas ruso.
“Europa se enfrenta a una tormenta perfecta: los precios de la energía están al alza, el crecimiento económico está a la baja y se acerca el invierno. El Kremlin está utilizando la energía como arma política”, advirtió en su blog Josep Borrell, el jefe de la diplomacia europea.
Según el número dos del ejecutivo comunitario, el continente debe prepararse “para un posible corte de gas, principalmente a través del ahorro, la diversificación y la solidaridad”, además de “acelerar las inversiones en energías renovables”.
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