Habitar, en el sentido de “vivir dentro” del Museo de la Disidencia en Cuba (MDC) es la propuesta que reunió en una conferencia virtual desde Madrid, España, a varios intelectuales y artistas cubanos que, de un modo u otro, participaron en la creación o vivieron la experiencia directa de sus primeros pasos en La Habana en el año 2016.
Patrocinado por la editorial independiente La Maleza, con sede en Madrid, el conversatorio fue moderado por Lester Álvarez y contó con la participación de la escritora Katherine Bisquet Rodríguez, el artista Hamlet Lavastida y las historiadoras del arte Suset Sánchez, Carolina Barrero y Yanelys Núñez, fundadora de este museo junto al artista Luis Manuel Otero Alcántara, actualmente prisionero político y de conciencia en Cuba.
El Museo de la Disidencia en Cuba fue precursor de iniciativas arriesgadas que desde el Arte enfrentaron directamente al poder como la campaña No al Decreto estatal 349, el Movimiento San Isidro y el 27N.
Núñez destacó la importancia de utilizar la palabra disidencia, rescatándola del significado atribuido por el régimen o “la disidencia como estigma”, desplazando a Fidel Castro como “el único opositor contemporáneo permitido en Cuba”.
Lavastida resaltó la audacia conque el MDC desafió al poder y la institucionalidad en Cuba.
Barrero habló de su experiencia en las primeras actividades celebradas por el Museo, haciendo énfasis en la eficacia de la poesía “como forma de interpelar al régimen” y del arte como herramienta política.
El Museo de la Disidencia en Cuba ganó el Premio Campeones de la Libertad de Expresión 2018 en la categoría de Arte que promueve la organización no gubernamental británica Index of Censorship.
