Los tabacaleros cubanos manifestaron su descontento con la medida de reducir el pago en Moneda Libremente Convertible (MLC) impuesta por el Grupo Empresarial de Tabaco de Cuba (TABACUBA).
Con el fin de incentivar las exportaciones, la empresa estatal implementó, a mediados de este año, la retención, por parte de los productores que hagan esas ventas al exterior, de un porcentaje de hasta un 3,6% de los ingresos en MLC. Sin embargo, más adelante, decidió rebajar la cuota hasta el 1,8%.
“Persisten las incongruencias en los precios del tabaco y las formas de pagarlo, tanto de exportación como de producción nacional, por parte del grupo empresarial TABACUBA”, explicó a Radio Televisión Martí, el veguero Osmel Ramírez.
“Hay disgusto de los productores de tabaco aquí en Mayarí, por la disminución que tuvo el porcentaje de MLC que le dan, según el nivel de tabaco de exportación. Primeramente, se habló de un porcentaje y ahora, a raíz de la elevación del precio del tabaco de exportación para hacerlo más congruente con los nuevos costos, se disminuyó el porcentaje a cobrar en MLC”, subrayó.
“Este año con la Tarea Ordenamiento y toda la variación que han hecho de precios y costos han tenido que subir los precios de acopio tres veces y persisten los absurdos con algunas clases de tabaco que han hecho quebrar a muchos campesinos”, dijo Ramírez.
Aún antes de la disminución de la comisión por conceptos de exportaciones, los campesinos tropezaron con obstáculos para recibir los pagos en dólares: las tarjetas en las que se les deposita la divisa solo pueden usarse en las tiendas del Grupo Empresarial de la Agricultura, no permiten transferencias a otra tarjeta, se exige que estén a nombre del titular de la tierra, aunque el productor sea otro.
Igual han provocado inconformidad “los altos costos de los insumos y que todavía hay algunas clases de tabaco de exportación que las pagan por debajo del costo de producción, siendo un tabaco que tiene un gran valor de uso y produce muchas ganancias a la empresa”, indicó el agricultor mayaricero.
En noviembre de 2021, los tabacaleros de Pinar del Río habían hecho una especie de protesta por las malas condiciones de trabajo y se quejaron de que TABACUBA los amenazó con retirarles sus tierras en usufructo e imponer multas si no cumplían con el plan de siembra para la presente zafra.
“Después de la aceptación de la tarjeta en MLC para pagar un porciento de las ventas a los campesinos han surgido reclamos que han llegado a parecerse mucho a una huelga”, dijo el tabacalero pinareño Esteban Ajete.
“El gobierno sigue amenazando y desmotiva al campesino, que es el renglón fundamental en este momento en que el país está atravesando la crisis más grande de toda la historia”, apuntó Ajete, líder de la independiente Liga de Campesinos de Cuba, y añadió:
“La campaña ‘Sin campo no hay país’ ha venido argumentando que se permita que el campesino pueda, directamente, exportar e importar los productos con el empresario extranjero, incluso con los Estados Unidos”, puntualizó Ajete.
“El campesino sigue empobrecido. No puede comprar los insumos porque están muy caros. En diciembre, un mes que prácticamente debía la cosecha estar en un punto de buen recaudo, hay campesinos que no han cobrado cosechas anteriores, empeñados y que todavía no han podido sembrar”, denunció Ajete.
En ese sentido, señaló Ramírez: “Hay muchas insatisfacciones que atentan contra la ganancia, las utilidades de los campesinos y que atentan contra la propia economía del país”.
“Teniendo un producto como el tabaco tan emblemático y que tiene un mercado seguro, las autoridades actúan de una manera anti productiva porque si el productor no está estimulado y no ve una utilidad real merecida, no puede tener deseos de trabajar y de producir más. Así funciona la economía estatal planificada, llena de trabas que no pueden resolverse bajo el sistema actual”.
Desde una publicación en Facebook, un grupo de afectados por la nueva disposición emplazó al gobernante Miguel Díaz-Canel a que rectifique la decisión que atribuyen al recién nombrado presidente de TABACUBA, Marino Murillo.