Los acontecimientos ocurridos el pasado domingo 24 de octubre en la histórica Plaza San Pedro, antesala del Estado Vaticano, cuando a cientos de cubanos se les impidió asistir a la misa del Ángelus, continúan siendo noticia en los medios de prensa.
Vestidos de blanco y portando la enseña nacional de Cuba, los exiliados pretendían rezar por la libertad y llamar la atención del Papa Francisco sobre la situación de Cuba.
La convocatoria para asistir a la misa del Ángelus fue realizada por el influencer y activista cubano residente en Miami Alexander Otaola y su canal Hola-Ota-Hola, logró convocar en la ciudad de Roma a unos 500 cubanos, de los cuales, según apuntan otras publicaciones, sólo 15 lograron pasar a la Plaza San Pedro.
Tras estos sucesos, el padre Fernando Hería, rector de la Ermita de la Caridad, un sitio emblemático para los fieles católicos cubanos exiliados en Miami, dijo que los asistentes “fueron indignamente acosados, ultrajados, allá, en esa Plaza de San Pedro, en esa Vía de la Conciliación, por la policía italiana”.
"Cuando se agrede a un hermano, se nos agrede a todos", afirmó el religioso en un video publicado en Facebook, donde ofrece disculpas a nombre de la Iglesia Católica.
“Todos tenemos una obligación. Que el mundo abra los ojos sobre las verdades de Cuba, y que cese ya el maltrato, la violación de derechos”, dijo Heria.
“Creo que nosotros donde quiera que nos encontremos debemos de ejercer nuestro derecho en dirigirnos a su santidad el Papa Francisco pidiéndole humildemente, cariñosamente que, ordene una investigación sobre por qué las autoridades italianas intervinieron para evitar que nuestros hermanos pudieran ejercer su don del libre albedrío que Dios nos ha dado”, declaró el sacerdote.
A su llegada a Miami, Otaola denunció que en el Vaticano el pueblo cubano fue discriminado y que los símbolos patrios de Cuba fueron irrespetados.
El presentador cubano aseguró que hicieron gestiones durante meses con las autoridades vaticanas y de la ciudad de Roma.
"Se nos expulsó de la Plaza de Dios", afirmó Otaola, quien describió esto como uno de los momentos más difíciles que le ha tocado vivir.
Por otra parte, la publicación católica Ángelus, de la ciudad de Los Ángeles, California, afirmó que "muchos se sorprendieron el domingo cuando la policía vaticana obligó a un grupo de unos 15 cubanos a bajar sus banderas cubanas en el Ángelus dominical en la Plaza de San Pedro”.
El artículo cita a una cubano italiana que se encontraba presente, Amor de Grecia Rodríguez, quien declaró: “Me sentí como si estuviera en Cuba”, cuando un miembro de la policía local le quitó, literalmente, la bandera cubana que mantenía alrededor del cuello mientras filmaba los acontecimientos.
“Alrededor de ellos (los cubanos) se ven los emblemas de Perú, Honduras, España y otros países”, apuntó Ángelus.
Según la publicación católica, desde el pasado 11 de julio, tras las protestas populares a nivel nacional en Cuba, los cubanos residentes en todas partes del mundo están tratando de llamar la atención del Papa Francisco sobre la situación crítica que se vive en la isla, “especialmente en las audiencias semanales de los miércoles y en el rezo del Ángelus de los domingos”, señaló.
“Queríamos que (el Papa) nos regalara un minuto de su tiempo, para que volviera a alzar su voz contra la dictadura. Es una figura pública, de relevancia mundial, puede influir”, lamentó Amor de Grecia Rodríguez.
Telemundo entrevistó a uno de los asistentes, el cubano Felipe Fundora, quien viajó desde Alemania para asistir a la Plaza San Pedro.
“Nadie nos va a poner la libertad. Quedó clara la complicidad de la iglesia católica y el Papa”, dijo Fundora, a quien le prohibieron desplegar la bandera cubana.
“Ellos estuvieron un momento como no sabiendo qué hacer, y vino la seguridad y me presionaron las manos para que bajara la bandera hasta que la bandera me hizo levantarme”, dijo Fundora a Telemundo.