Celebrar una fiesta de quince para una familia cubana que solo recibe un salario en moneda nacional puede trastocar el sueño de toda joven adolescente en una verdadera pesadilla.
“Los 15 de mi hija no fueron de altura”, aclaró la santiaguera y especialista en Medicina Legal, Marcia Eduardo Mustelier de 51 años de edad quien hace menos de uno le celebró los 15 a su hija.“Fueron horribles”, describió, debido a que son “muy costosos” y en su tiempo aparecían mejor los recursos.
“Después nosotros hicimos los cálculos de en cuánto nos había salido todo y fueron más de 20 mil pesos” en moneda nacional. “La suerte fue que el hermano de mi esposo que está fuera del país lo ayudó y nosotros veníamos ahorrando desde hacía seis o siete años atrás y nos pusimos a criar puercos”, describió Mustelier.
Con un salario promedio de 466 pesos en moneda nacional o 19 dólares mensuales, el costo de la fiesta de la hija de Marcia equivale al monto completo de más de tres años y medio de trabajo con el Estado.
Mustelier explica que todos los padres desean hacerle una fiestecita a sus hijas porque si unas lo hacen “por qué no las otras, pero la verdad es que al final todo el mundo queda exprimido. Hoy ella tiene 16 y cree que hubiese sido más factible hacer otras cosas”, sostuvo.
Aunque no existen estadísticas al respecto sondeos de opinión revelan que en Cuba las fiestas de los quince difieren en dependencia de la región. En Oriente se acostumbra a invitar a muchas personas, se asa un puerco y se toma mucha bebida. En el resto del país se tiene una visión más práctica y se prefieren las celebraciones familiares, comprarse más ropa, irse de viaje o hacer las fiestas en lugares selectos.
Desde Miami y otros lugares del mundo…
Antonio García es el nombre ficticio de un entrevistado residente en Miami que prefirió mantener el anonimato. Tiene tres sobrinas en Cuba y es la segunda vez que va a celebrar una fiesta de 15 pero esta vez rentó el salón El Cetro del famoso hotel capitalino Meliá Cohiba. Tuvo 220 invitados y para pagar la fiesta se gastó “unos cinco mil dólares”.
“Cada plato que le daban a los invitados tenía un costo de 17 CUC”, explica García, “pero aquí en Miami eso me hubiera costado unos 70 mil dólares. Disfruté de llevar todas esas personas de Marianao a darse ese gusto porque si le doy veinte dólares a cada uno no van a hacer nada; prefiero que se lleven esa experiencia para siempre”.
García citó varios casos de hijas de cubanos que en Miami se gastan hasta 30 mil dólares solo tirándose las fotos y el video y “no la pasan tan bien”. También sucede a veces que gran parte de la familia se encuentra en Cuba o los amiguitos de la infancia y en otras ocasiones se “hacen allá porque sale más barato”, dijo.
La tradición de celebrar los 15 es un fenómeno cultural del continente americano, explica Armando Arrate Azcuy, director de Mandy Viaggi en Milán, Italia y administrador de la página de Facebook, Fiesta de 15 años de Cubanitas en el Mundo.
“La página, nació por los pedidos que existían de organizar la tradición nuestra en Cuba para aquellas familias que querían seguir la tradición, sobretodo aquí en Italia donde no existe ese tipo de celebraciones; en Europa eso no existe”.
Aunque a su hija le habló varias veces de la fiesta de los 15, fue viendo un programa argentino “que se le metió el bichito por dentro” y varias veces me ha tratado el tema.
“Ella me pidió que se la hiciera en Cuba pero la mayoría de sus amiguitas son de acá. Ella todavía tiene trece, así que hay que esperar”.
El cuento de hadas…
A sus 23 años, Noralys Martin de San Juan y Martínez en Pinar del Río, reflexiona que lo más importante de la fiesta de los 15 es que te da la oportunidad de "vivir el cuento de hadas que tiene toda niña de ser princesa”, aunque a su edad ya sabe que la vida no es “color de rosa” como se la imaginaba en ese momento.
“Las quinceañeras tienen muchos sueños y me preocupa que al haber tanta comercialización y tantos productos que ni ellas ni las familias pueden acceder, se pierda la tradición”, insiste Noralys.
“Esa niña de 15 años va a ser la mujer cubana del futuro y si desde tan temprana edad se pierden esas ilusiones no sé que será de ellas cuando estén mayores”, concluye Noralys.
“Los 15 de mi hija no fueron de altura”, aclaró la santiaguera y especialista en Medicina Legal, Marcia Eduardo Mustelier de 51 años de edad quien hace menos de uno le celebró los 15 a su hija.“Fueron horribles”, describió, debido a que son “muy costosos” y en su tiempo aparecían mejor los recursos.
“Después nosotros hicimos los cálculos de en cuánto nos había salido todo y fueron más de 20 mil pesos” en moneda nacional. “La suerte fue que el hermano de mi esposo que está fuera del país lo ayudó y nosotros veníamos ahorrando desde hacía seis o siete años atrás y nos pusimos a criar puercos”, describió Mustelier.
Con un salario promedio de 466 pesos en moneda nacional o 19 dólares mensuales, el costo de la fiesta de la hija de Marcia equivale al monto completo de más de tres años y medio de trabajo con el Estado.
Mustelier explica que todos los padres desean hacerle una fiestecita a sus hijas porque si unas lo hacen “por qué no las otras, pero la verdad es que al final todo el mundo queda exprimido. Hoy ella tiene 16 y cree que hubiese sido más factible hacer otras cosas”, sostuvo.
Aunque no existen estadísticas al respecto sondeos de opinión revelan que en Cuba las fiestas de los quince difieren en dependencia de la región. En Oriente se acostumbra a invitar a muchas personas, se asa un puerco y se toma mucha bebida. En el resto del país se tiene una visión más práctica y se prefieren las celebraciones familiares, comprarse más ropa, irse de viaje o hacer las fiestas en lugares selectos.
Desde Miami y otros lugares del mundo…
Antonio García es el nombre ficticio de un entrevistado residente en Miami que prefirió mantener el anonimato. Tiene tres sobrinas en Cuba y es la segunda vez que va a celebrar una fiesta de 15 pero esta vez rentó el salón El Cetro del famoso hotel capitalino Meliá Cohiba. Tuvo 220 invitados y para pagar la fiesta se gastó “unos cinco mil dólares”.
“Cada plato que le daban a los invitados tenía un costo de 17 CUC”, explica García, “pero aquí en Miami eso me hubiera costado unos 70 mil dólares. Disfruté de llevar todas esas personas de Marianao a darse ese gusto porque si le doy veinte dólares a cada uno no van a hacer nada; prefiero que se lleven esa experiencia para siempre”.
García citó varios casos de hijas de cubanos que en Miami se gastan hasta 30 mil dólares solo tirándose las fotos y el video y “no la pasan tan bien”. También sucede a veces que gran parte de la familia se encuentra en Cuba o los amiguitos de la infancia y en otras ocasiones se “hacen allá porque sale más barato”, dijo.
La tradición de celebrar los 15 es un fenómeno cultural del continente americano, explica Armando Arrate Azcuy, director de Mandy Viaggi en Milán, Italia y administrador de la página de Facebook, Fiesta de 15 años de Cubanitas en el Mundo.
“La página, nació por los pedidos que existían de organizar la tradición nuestra en Cuba para aquellas familias que querían seguir la tradición, sobretodo aquí en Italia donde no existe ese tipo de celebraciones; en Europa eso no existe”.
Aunque a su hija le habló varias veces de la fiesta de los 15, fue viendo un programa argentino “que se le metió el bichito por dentro” y varias veces me ha tratado el tema.
“Ella me pidió que se la hiciera en Cuba pero la mayoría de sus amiguitas son de acá. Ella todavía tiene trece, así que hay que esperar”.
El cuento de hadas…
A sus 23 años, Noralys Martin de San Juan y Martínez en Pinar del Río, reflexiona que lo más importante de la fiesta de los 15 es que te da la oportunidad de "vivir el cuento de hadas que tiene toda niña de ser princesa”, aunque a su edad ya sabe que la vida no es “color de rosa” como se la imaginaba en ese momento.
“Las quinceañeras tienen muchos sueños y me preocupa que al haber tanta comercialización y tantos productos que ni ellas ni las familias pueden acceder, se pierda la tradición”, insiste Noralys.
“Esa niña de 15 años va a ser la mujer cubana del futuro y si desde tan temprana edad se pierden esas ilusiones no sé que será de ellas cuando estén mayores”, concluye Noralys.