La propuesta Cine Cubano en Cuarentena, impulsada a través de Facebook por cineastas de la isla y el exilio, busca compartir con los interesados obras “de todas las épocas y géneros”, señala la iniciativa en su perfil.
“Ayudemos a que los espectadores descubran nuestros filmes en este período de reclusión y aislamiento”, piden sus promotores que invitan a los creadores cubanos de cualquier parte “a compartir sus obras sin limitaciones de distribución”.
Sobre este proyecto, el poeta, narrador y ensayista residente en Praga Carlos Aguilera resaltó que “en momentos de extremo riesgo biológico y restricciones civiles, se hacen imprescindibles esos espacios de solidaridad por el que Cine Cubano en Cuarentena apuesta”.
Más adelante apuntó que estos “espacios no solo van contra la “soledad” del confinamiento, sino contra la intolerancia del Estado”.
“Estado que, no está mal recordar, persigue a los creadores independientes a través de leyes absurdas o los limita totalmente” y, en ese sentido, aludió a Sueños al pairo, de José Luis Aparicio y Fernando Fraguela, el más reciente filme censurado por el régimen, que se erige dueño absoluto de un archivo de imágenes que no les pertenece o censurándolos directamente”, apuntó Aguilera.
“Y todo, como siempre, en nombre de una sola verdad patética e ideológica, de una idea totalitaria de poder, que es la única verdad que conoce el castrismo”, concluyó el escritor.
Entre los trabajos que aparecen en Cine Cubano en Cuarentena está Coffea arábiga, un documental de Nicolás Guillén Landrián de 1968 y Desarraigo de Fausto Canel, un filme censurado por el Instituto Cubano de Arte e Industria Cinematográficos, ICAIC.
“Fue una película no anticastrista pero sí muy crítica de la situación de caos, de desorden y de falta de capacidad que tenía la economía cubana en aquel momento, estamos hablando de 1964, indicó a Radio TelevisiónMartí, Canel.
Desarraigo fue exhibida en el cine La Rampa por una semana y luego nunca más fue proyectada en la isla.
“Esta película fue olvidada por más de 50 años y se vuelve a ver en La Habana en un festival independiente organizado por la actriz Lynn Cruz” en el Instituto de Artivismo Hannah Arendt, INSTAR que coordina la artista Tania Bruguera.
“Eso hizo que los jóvenes se dieran cuenta de que existía esta película y ahora veo que han escogido Desarraigo para que participe en esa especie de búsqueda de la imagen diferente de nuestro cine”.
La muestra exhibe además obras como el cortometraje de Yimit Ramírez y Laura Tariche Reflexiones, de 2009, el documental de 2017 ¿Qué remedio? La parranda”, dirigido por Daniela Muñoz Barroso, y El proyecto, producida en 2017 por Alejandro Alonso.
Los cortometrajes de Carlos Lechuga Cuca y el pollo, de 2006, Los bañistas, de 2010, Planeta Cerquillo, de 2011, y Habana Territorio Vampiro, que salió a la luz en 2014.
Asimismo, se pueden ver Operación Alfa o Lo que le pasó a Benito Manso, un falso documental de 2011 sobre la desaparición de la carne de res durante la Guerra Fría en Cuba.
Los gestores de la página esperan que el público exprese sus opiniones sobre las obras publicadas y que luego permanezca como un archivo para ser consultado por cualquiera que le interese un punto de acceso al cine cubano, dijo uno de ellos, el realizador José Luis Aparicio, al sitio digital ADNCuba.