Congresistas del Partido Demócrata por el estado de Florida se han lanzado al rescate del Programa Cubano de Reunificación Familiar (CFRP) suspendido en 2017 y que permite a ciudadanos y residentes legales en EEUU solicitar una visa parole para reclamar a familiares en la isla.
El anteproyecto H.R. 4884, the Cuban Family Reunification Act., fue presentado el pasado día 28 en la Cámara de Representantes por la legisladora Debbie Mucarsel- Powell, con el respaldo de sus colegas Donna Shalala, Debbie Wasserman Schultz , Charlie Crist y Kathy Castor.
Murcasel-Powell y Shalala presentaron el proyecto de ley este viernes a la prensa y a familias cubanas que se congregaron en una biblioteca del suroeste de Miami.
“Hemos recibido miles de llamadas de familias desesperadas. Hemos escuchado historias de madres con niños en Cuba que están desesperadas. Mi valor siempre ha sido reunificar a la familia y por eso es que para mí es tan importante presentar ese proyecto de ley, dijo Murcasel-Powell, primera legisladora de origen suramericano en el Capitolio nacional.
En noviembre 2017, la embajada de EEUU en La Habana informó que el Programa Cubano de Reunificación Familiar (CFRP) quedaba detenido hasta nuevo aviso.
"No tenemos nueva información para compartir sobre la continuidad del Programa Cubano de Parole de Reunificación Familiar (CFRP), pero el Departamento de Estado de EEUU continúa trabajando con sus colegas en el Departamento de Seguridad Nacional y pronto anunciará las disposiciones para los solicitantes del CFRP", publicó entonces la sede diplomática en su página en Facebook.
En un aparte con Radio y Televisión Martí, la congresista Donna Shalala denunció que tal suspensión constituye una violación de la ley y un acto de crueldad de parte de la Casa Blanca.
“Se trata de una ley que ya existe, no estamos pidiendo una ley migratoria nueva. Muchos son niños que están varados en Cuba, jovencitos que corren el riesgo de ser enviados al ejército. Ellos también son nuestros hijos, y tenemos que traerlos para acá", sentenció la legisladora de origen libanés.
A Shalala la unen lazos familiares con Cuba. Sus primos de Líbano emigraron a Cuba.
“Hace más de una década familiares míos vinieron a EEUU mediante este programa. Esta comunidad se basa en la familia, y en la familia cubana, porque han sido los cubanos quienes han erigido esta ciudad, y por eso merecen lo mejor”, opinó Shalala.
Antes de la conferencia de prensa, algunas personas del más de un centenar que reclaman a familiares en Cuba plantearon sus casos respectivos a los congresistas.
“Yo solo quiero que se haga algo, quiero verlo antes de morir,” dijo en llanto Maria Noya, que desde 2014 reclama a su hijo.
El Programa de Reunificación Familiar Cubano fue creado en 2007 y permite a ciertos ciudadanos estadounidenses elegibles y residentes permanentes solicitar un permiso de ingreso en el país para sus familiares en Cuba. Si se concede, estos miembros de la familia pueden viajar a EEUU sin tener que esperar por sus fechas de prioridad de visa de inmigrante. Una vez en el país, pueden solicitar permiso de empleo mientras esperan por la residencia permanente.
“Lo que se ha hecho es castigar a la familia cubana,” dijo Yunior Careaga, que reclama a su hermana y a su sobrino.
En mayo último, Kimberly Breier, entonces secretaria Asistente del Departamento de Estado para Asuntos del Hemisferio Occidental, pidió “paciencia” a los cubanos afectados por la detención del programa.
“El Departamento de Estado está procesando peticiones de inmigración aprobadas para cubanos en Guyana. Reconocemos que hay una larga espera para los casos aprobados de CFRP y le agradecemos su paciencia y flexibilidad mientras procesamos las peticiones fuera de esta ubicación alternativa”, escribió la funcionaria.
Gladys Dominguez reclama a su hermano desde 2016, pagó el coste del trámite y aún espera respuesta.
El 29 de septiembre, de 2017, el Departamento ordenó la salida de Cuba de los empleados del gobierno de EE.UU que no eran esenciales y sus familiares.
“Debido a la disminución de personal, hemos suspendido casi todo el procesamiento de visas en La Habana. El personal que permanezca en La Habana desempeñará funciones diplomáticas y consulares básicas, incluyendo la provisión de asistencia en casos de emergencia a ciudadanos estadounidenses en Cuba”, informó la legación.
“Cerraron la embajada, quedamos en limbo. Y hoy no vine a esta biblioteca en busca de esperanza de que este proyecto fructifique, vine a quejarme, a alzar mi voz porque nadie habla y no pasa nada”, subrayó Domínguez.
El anteproyecto exige al Departamento de Estado que reactive el programa en 30 días y concede un plazo de 60 días después de que se haga ley para que resuelva los casos pendientes, que, según cálculos oficiales, sobrepasan los 20 mil.
“Esperamos que mis colegas en la Cámara y el Senado lo aprueben y entonces veremos si el presidente Trump hace lo que corresponde por los cubanos”, concluyó Mucarsel-Powell.